Por Carmen Guevara
Con una verdadera historia de terror, los morenistas de Huitzilan de Serdán justificaron su derrota en la pasada jornada electoral del seis de junio, y de la que resultó triunfador el antorchista Josué Elías Velázquez Bonilla.
A través de La Jornada de Oriente, el instrumento de ataque en contra del Movimiento Antorchista, los morenistas, encabezados por Alonso Aco, como chiquitillos berrinchudos que lloran cuando no cumplen sus caprichos, se quejaron ante el medio de perder la elección porque “los antorchistas coaccionaron el voto”. En la nota titulada “Denuncian pobladores de Huitzilan de Serdán que antorchistas retuvieron el triunfo electoral por compra de votos y amenazas” (sic), hablan de supuesta falsificación de firmas en documentos oficiales ¿Cuáles, quién las falsificó, en cuáles documentos? Para darle veracidad a la acusación, la reportera dijo que los lugareños presentaron como “pruebas fehacientes imágenes y videograbaciones en los que se observan a los operadores de los dirigentes”, ¡oh, fuertes declaraciones! ¿Haciendo qué? ¿Quiénes eran? No lo dicen, pero lo que importa es que en los videos aparecen los operadores de los dirigentes.
Renglones abajo, al puro estilo de una novela policiaca, los morenistas narraron las trágicas noches que vivieron persiguiendo a los antorchistas y a la policía: el primer día, el tres de junio, descubrieron que 40 agentes distribuidos en cuatro patrullas llevaban material electoral y dinero para la “coacción y compra de votos” y lo dejaron en la base de policías de la comunidad de Totutla, pero no nos informaron dónde dejaron los costales de dinero, a quiénes compraron, ni mucho menos qué hicieron con “el material electoral” o para qué sirvió. Luego, que la policía impidió que la gente se acercara a ver qué era lo que llevaban; pero ¿cómo? Si ellos juran renglones arriba que era “dinero en efectivo y material electoral”.
El segundo día, el seis de junio, cuando pasaron el momento más álgido de la persecución: descubrieron una camioneta blanca marca Hylux (obviamente se trata del vehículo que utiliza el compañero activista encargado de la zona) llegar a la casa de la organización en Totutla, en su interior resguardaba a la ciudadana Janeth Solano Romero, presidenta de la mesa directiva de casillas quien “regresaba de ir a coaccionar y comprar votos con dinero en efectivo contenido en sobres blancos”.
Pregunta: ¿si estaban “resguardando la vigilancia”, cómo es que supieron que Janeth compró votos con el efectivo en sobres blancos? ¡Cuánta precisión en los detalles!, sólo les faltó dar el dato importante: cuánta gente compró y de a cómo pagó el voto, digo, ya que conocen todos los detalles por qué no darlos todos; acaso no se dan cuenta que nos dejan en la incertidumbre con esta trágica historia. Ah, por cierto, la compañera a la que rodearon para grabarla, como verdaderos buitres detrás de su presa, no se llama Janeth. Es una compañera activista, parte del equipo de trabajo de la zona, quien no salió más tarde, pues ahí pernoctaba; tal vez fue una ilusión a causa del cansancio de tanto vigilar. Y lo peor: dicen que tres noches previas a las votaciones, “activistas de Antorcha Campesina, vestidos de negro y encapuchados” se hacían pasar por militantes de Morena para intimidar y amenazar a la gente en sus casas; ¿como para qué? ¿Con qué intención? Y más adelante da una lista de antorchistas encargados de promover, coaccionar y comprar votos, ¿o sea, cómo? ¿No se supone que los activistas andaban de encapuchados haciéndose pasar por morenistas y amenazando? ¿En qué momento ya andaban comprando votos a favor de Antorcha?
La nota cierra: “se sabe de muchos otros actos ilícitos que no se pudieron documentarse debido a que la gente no quiere hablar”; suponiendo que así sea, las pruebas que sí tienen ¿dónde están? ¿Por qué no se presentaron ante la autoridad electoral para impugnar la elección?, pues si son así de reveladoras tenían y tienen todas las de ganar. ¿Dónde están las pruebas fehacientes de esos actos criminales? ¡Qué cosas! Morena quejándose de ser víctima de irregularidades, cuando tiene a todo el aparato de justicia a su favor.
En realidad, la nota de La Jornada de Oriente no es más que la prueba de que los morenistas, encabezados por el cacique Alonso Aco y quien recordemos es el presunto responsable del asesinato del presidente municipal Manuel Hernández Pasión, por las amenazas de muerte que le lanzó desde el mismo periódico que hoy se presta nuevamente par ser su vocero, están dando patadas de ahogados para justificar su derrota. Armaron toda una historia de conspiración para justificar que no pudieron, ni podrán, apagar la llama de Antorcha y que, además, fueron exhibidos con su verdadero ropaje: el de delincuentes que amenazan cuando van perdiendo. ¿Acaso ya se les olvidó que mandaron a sus promotores a buscar a las personas de la tercera edad para entregarles un pedazo de papel con el logo de Morena, y decirles que tenían que votar por ese partido si no les iban a retirar su apoyo? Y ahí sí hay una evidencia fehaciente: el video de la señora Guadalupe Santos Santos, que se hizo viral en la región y en el que denuncia este acto delictivo (https://contigopuebla.mx/2021/2799/condiciona-morena-en-huitzilan-el-voto-a-personas-mayores/).
Les recordamos que también están las reuniones con beneficiarios de los programas sociales, en las que insistieron en que tenían que votar el partido que les está llevando el apoyo: Morena, y que quedó constancia en audios y declaraciones que se difundieron a través de diferentes medios de comunicación y en redes sociales (https://contigopuebla.mx/2021/2987/morena-en-huitzilan-utiliza-programas-sociales-para-inducir-al-voto/). ¿Ya se le olvidó a Alonso Aco que personal del IEE lo tuvo que correr de la primaria Carmen Serdán, porque se puso a amedrentar a los ciudadanos que acudieron a ejercer su derecho al voto? Muchas otras irregularidades que sí están documentadas, de las que sí hay pruebas fehacientes y que sí conoce el público.
La nota periodística de La Jornada de Oriente no cumple con los principios del periodismo, porque son ataques por encargo y que no aportan elementos ni argumentos de peso que justifiquen lo ahí dicho; más bien, es un tipo de narrativa que, mejorada, pudiera ser el próximo Betseller de Alonso Aco y con el que bien que pudiera ganar miles de pesos contando historias de terror, lágrimas y risas. Lo que son las cosas, narran en la nota lo que sí hicieron, pero aplicando la frase popular: lanzan la piedra y esconden la mano.
En lo único que tiene la razón la nota, es que ganó el proyecto del maestro Josué y que otros tres años gobernará una administración antorchista: esa es la voluntad de las mayorías y a lo que no se resigna el cacicazgo. El proyecto progresista del pueblo organizado sigue avante e iluminando Huitzilan de Serdán, le pese a quien le pese.