Una conversación con Andrew Paxman, autor del libro “En busca del señor Jenkins. Dinero, poder y gringofobia”
A comienzos del Siglo XX, William O. Jenkins llegó a Puebla donde realizó una “serie de inversiones muy listas, primero en la industria textil, en la bonetería; luego en bienes raíces, durante la Revolución. En los años 20 y 30 en la industria azucarera; después en la banca y en el cine, donde hizo su fortuna mayor”, convirtiéndose en el hombre más rico de México en los años 50.
Así lo describió el profesor en la División de Historia del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Andrew Paxman, autor del libro “En busca del señor Jenkins. Dinero, poder y gringofobia”, que relata la vida del empresario estadounidense, cuya fortuna -donada a la Fundación Mary Street Jenkins-, es motivo de disputa entre sus herederos.
En 1954, “unos 10 años después de la muerte de su mujer, Mary Street, decidió dejar casi toda su fortuna a obras caritativas en Puebla”. Desde finales de la Revolución, don Guillermo Jenkins, como se rebautizó en México, “empezó a dedicar parte de su riqueza a obras caritativas; cuando la llegó la influenza española en 1919, Jenkins hizo una aportación fuerte a una iniciativa católica para dar más recursos a hospitales; en los años 20 y 30 construyó escuelas en la región de Atencingo, donde tenía su hacienda azucarera y en los años 50, con el gobernador Rafael Ávila Camacho, contribuyó al proyecto de construcción de centros escolares en el estado, entre ellos el CENHCH de la ciudad de Puebla”, relató Andrew Paxman.
La Fundación Mary Street Jenkins es una de las cinco organizaciones filantrópicas más importantes del país, la más antigua en su términos de su estructura, dentro del “modelo sajón de fundaciones, es decir, en vez de donar toda la riqueza de un capitalista, se crea una especie de empresa que sigue generando utilidades que se canalizan directamente en donativos”, hoy en disputa legal entre los miembros de la familia Jenkins de Landa, patronos de la fundación.
Dichos donativos han sido utilizados en la construcción de la Ciudad Universitaria de la BUAP, del campus de la Universidad de las Américas Puebla y las instalaciones del Colegio Americano, entre otros muchos edificios de la angelópolis, destacó Andrew Paxman.
Escucha la entrevista del conductor de Contigo Puebla Radio, Luis Fernando Soto, con el historiador del CIDE, Andrew Paxman, con en nuestro podcast de Spotify.