Erika Nieto
El gobierno de Texas está cumpliendo al pie de la letra su objetivo de llevar a Washington y a otros rincones de Estados Unidos el sentir de sus ciudadanos ante la llegada masiva de migrantes que solicitan refugio, acción a la que se está sumando el gobierno de Arizona ante la incapacidad de ambos para contrarrestar y, sobre todo, para frenar la permanente llegada de mexicanos, centroamericanos y ciudadanos de diversas nacionalidades que piden una sola cosa, que la autoridad migratoria escuche sus historias, su necesidad de empleo y de tranquilidad para sus familias.
De la misma forma en que los albergues y centros de detención colapsaron en los estados fronterizos, están saturándose en Nueva York, Washington y otros estados que, de manera inmediata, levantaron la voz y solicitaron ayuda al gobierno federal de Joe Biden para enfrentar el arribo de cientos que, voluntariamente, son trasladados en autobuses desde el sur del país.
Desde hace varios meses, los gobernadores de los estados fronterizos solicitan la atención de la Casa Blanca para que sean destinados recursos para enfrentar la crisis migratoria, que desde el 2018 empeora con la llegada constante de caravanas desde el centro y el sur del continente. Y es que la visita de la vicepresidenta Kamala Harris a El Paso, Texas, hace poco más de un año, así como la inversión millonaria que hace el gobierno de Biden para mejorar la tecnología de vigilancia migratoria, no son suficientes para detener los cientos de arrestos y deportaciones diarias.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, CBP por sus siglas en inglés, ha reportado más de millón y medio de detenciones migratorias desde el año pasado, tan solo en mayo de este 2022 reportó casi 240 mil y esto sucede porque luego de ser deportados, los migrantes no regresan a sus países, sino que intentan una y otra vez cruzar la frontera por diferentes rutas y terrenos con tal de internarse en Estados Unidos.
Por ello, Muriel Bowser, alcaldesa de Washington y Eric Adams alcalde de Nueva York, piden apoyo a la Casa Blanca no solo porque los albergues donde se les brinda comida y una cama a los migrantes ya no tienen cupo para aceptar a más, sino porque los grupos de voluntarios que atienden estos centros presentan agotamiento y estrés.
Hay que recordar que estados como California o Nueva York sufren, desde hace varios años, una crisis de “homeless” o personas en situación de calle, cuyas cifras aumentaron de forma preocupante con la pandemia y la inflación, que alcanza cifras récord en ese país.
Por ello es que en diversas avenidas importantes de ambas entidades se observan cientos de carpas o casas de campañas que sirven de vivienda, incluso para los migrantes que van llegando y que se suman a esa condición mientras consiguen trabajo o apoyo de alguna organización.
Comentarios vía twitter: @erinife
