La capital de Sinaloa vivió el segundo “Culiacanazo” de la historia. La ciudad quedó paralizada, sitiada. En comparación con el primer “jueves negro” de 2019, el operativo de recaptura de Ovidio Guzmán, ocurrió en la madrugada, cuando la enorme mayoría de las familias aún permanecía en sus casas..
Este 5 de enero, el llamado cártel de “Los Chapitos” o “Los Menores” fue capaz de desplegar a miles de “punteros”, conocidos en el centro del país como “halcones”, para despojar vehículos e incendiarlos, en la conocida estrategia de cortar las comunicaciones carreteras de todo el estado de Sinaloa, de norte a sur.
El cártel liderado por Iván Archibaldo Guzmán invadió el Aeropuerto Internacional de Culiacán, donde se suscitaron los principales enfrentamientos con el Ejército y la Guardia Nacional. Ahí, aviones de la Fuerza Aérea y un vuelo comercial de Aeroméxico fueron atacados a disparos, obligando la cancelación de las operaciones en las terminales aéreas de Los Mochis, Mazatlán y Ciudad Obregón, al sur de Sonora.
“Los Chapitos”, escisión del Cártel de Sinaloa o del Pacífico, presuntamente encabezado por Ismael “El Mayo” Zambada, demostró una gran capacidad armamentista para enfrentar a las aeronaves militares y causar bajas entre las fuerzas federales desplegadas en tierra.
Para la ciudadanía de Culiacán, las autoridades federales y estatales parecían inermes ante el despliegue de las organizaciones criminales, que paralizaron una ciudad entera y causaron estragos en las comunicaciones de una entidad federativa con 3 millones de habitantes.
Sin acceso a los alimentos y productos de primera necesidad o atención médica; sin la posibilidad de completar transacciones bancarias y comerciales; con la pérdida económica que representa al menos dos días de encierro total y la desconfianza en próximas inversiones, para una ciudad estigmatizada por la guerra contra las drogas, que parece no tener fin.
Y la pregunta obligada: ¿Con la captura de Ovidio Guzmán López se termina con la producción y distribución de fentanilo? La droga sintética que mató a 100 mil estadounidenses el año pasado; el sustituto barato, para una sociedad adicta a los opiáceos, gracias a la industria farmacéutica local.
La estructura del cártel de Sinaloa prácticamente sigue intacta. De acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Ovidio Guzmán representa el tercer o cuarto mando al frente del cártel de “Los Chapitos”. De los miles de punteros esparcidos por todo Sinaloa este 5 de enero, no se tiene informes de capturas.