Por Alejandro Vázquez Nájera
La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de obligar al estudiantado mexicano a regresar a clases presenciales “llueva, truene o relampaguee”, fue fortalecida por el subsecretario de salud Hugo López-Gatell al comunicar a los gobernadores el jueves 5 de agosto que “El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador hará que asistir a clases sea una actividad esencial en medio de la pandemia de Covid-19, que no estará sujeta a restricciones aun cuando el semáforo epidemiológico esté en rojo, y para ello dará atribuciones legales a la Secretaría de Educación Pública (SEP) con una nueva modificación legal a los lineamientos del semáforo epidemiológico” (el subrayado es del periódico, El Sol de México, jueves 5 de agosto). Se ha puesto en marcha, pues, la voluntad de hierro del gobierno de la 4T de obligar a los estudiantes, profesores, trabajadores y personal ligado al sector educativo en los planteles escolares, a retornar a las aulas con todo el riesgo de contagio que eso significa, para ellos y para sus familias, que se cuentan por millones. De esta manera se está condenando a millones de niños, adolescentes y jovenes mexicanos al contagio y a la muerte por Covid-19, y al sufrimiento de por vida por las secuelas de esa terrible enfermedad.
Cuando inició la pandemia, el gobierno federal fue advertido de las consecuencias catastróficas para la salud de los mexicanos si no se tomaban las medidas adecuadas para contener la enfermedad; la reacción del presidente AMLO y de su equipo de salud fue hacer oídos sordos y relajar las medidas sanitarias contra el Covid-19, alentando a la población a salir de casa, a abrazarse y besarse. Además, abrió las fronteras para que todos aquellos que quisieran utilizar el país como trampolín para ingresar a los Estados Unidos lo hicieran. Los aeropuertos se atascaron, recibiendo a viajeros de todas partes del mundo que tenían como destino Norteamérica. Y con los viajeros llegó el virus en sus diferentes variedades. El resultado se tradujo, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), en 31 millones de contagiados y 526 mil muertos, y las cifras creciendo.
Ahora bien, convocar a todo el estudiantado nacional a las aulas para recibir clases presenciales sin estar vacunados implica reunir en espacios cerrados a 36 millones 518 mil 712 estudiantes, desde el preescolar hasta el nivel superior (aunque los citen de manera escalonada y no asistan todos juntos). La flor y nata de la población mexicana expuesta al contagio, al sufrimiento de las secuelas del virus de por vida y a la muerte, por obra y gracia de un presidente insensible y cruel, al que no le importan las vidas de sus gobernados.
El despropósito del presidente y las consecuencias sociales y económicas que se preven son tales que ya se prendieron los focos amarillos en el sector que verdaderamente manda en el país: el sector empresarial.
El periódico El Economista del 5 de agosto publicó lo siguiente: “Frente a la decisión gubernamental del regreso a clases presenciales, el sector empresarial advirtió que la vacunación contra Covid-19 para menores de edad es la acción principal para el retorno seguro a las aulas, el cual también deberá estar acompañado con protocolos técnicos, médicos y con la infraestructura necesaria para preservar la salud de todos”. Y, dando muestras de racionalidad, José Medina Mora, líder nacional de la COPARMEX, twitea “En #Coparmex deseamos el bienestar de niños, jóvenes, padres de familia y de los docentes del país. El regreso a clases es posible siempre y cuando se cuente con las condiciones para que sea seguro. Están en juego millones de vidas. #SeñalCoparmex.”. Está en juego el futuro de la mano de obra y la estabilidad social del país. El twit debe tomarse como un llamado de atención al equipo gobernante de palacio nacional.
Para frenar el genocidio perpretado por AMLO y la 4T contra los estudiantes del país, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) se ha levantado con energía y decisión, exigiendo la vacunación contra el Covid-19 de todos los estudiantes mexicanos, como condición para el retorno a las clases presenciales. Y su lucha va cobrando fuerza y va ganando el corazón de todos los trabajadores del país.
El Movimiento Antorchista Nacional se hace eco de esta demanda de los estudiantes fenerianos y eleva su voz exigiendo también la vacunación universal antes de retornar a los planteles educativos.
En los próximos días, se incrementarán las movilizaciones y la difusión nacional contra la política genocida del presidente Andrés Manuel López Obrador. Y los antorchistas estaremos ocupando un lugar de honor en la lucha en defensa de la vida de los estudiantes mexicanos. Que no quepa la menor duda.