China negoció el acuerdo irano-saudita sobre la base de la no injerencia en los asuntos internos. Los iraníes podían temer que los chiitas de Arabia Saudita se viesen afectados por el acuerdo. Pero Teherán ha entendido que los tiempos han cambiado. Riad tendrá que respetar su minoría chiita porque la paz favorece sus propios intereses