Desde el 2 de enero de 2022 en Kazajistán se desató una ola de violencia por manifestantes, quienes utilizando como pretexto el aumento del precio del gas licuado, respondieron con agresiones inusitadas de manera simultánea en varias ciudades del país; incendiaron el edificio del fiscal en la ciudad de Almaty, hicieron destrozos en el aeropuerto y en el canal de televisión MIR, además de intentar quemar la casa presidencial.