Con su suministro de armas occidentales menguando y pocas señales de cambio por parte de las potencias de la OTAN, Ucrania será incapaz de lanzar otra contraofensiva.
Washington pretende imponer al organismo una solución que “permita a Israel continuar con su barrido militar de la Franja de Gaza, sus incursiones forzadas en Cisjordania y sus ataques arbitrarios contra Líbano y Siria”, declaró la Cancillería rusa.
El apoyo al envío de fondos a Ucrania entre los parlamentarios estadounidenses, especialmente del Partido Republicano, se ha desplomado en los últimos meses.