El artículo asegura que muchas de las medidas adoptadas por el Gobierno de Biden contra China se ejecutaron sin tener en cuenta la capacidad de China para tomar represalias. Las medidas estadounidenses para privar a China del acceso a los chips más avanzados podrían incluso perjudicar más a las grandes empresas estadounidenses fabricantes de chips que a China.
Tras la pandemia y los estragos de la guerra en Ucrania, Europa y Estados Unidos aceleraron una millonaria maquinaria para cortar la dependencia tecnológica con China, sin embargo, su éxito aún no es claro debido a la gran ventaja con la que cuenta el país asiático en la producción de microchips, lo que dificultaría el objetivo, según expertos.