Álvaro “N” confesó a los policías municipales haber escuchado voces, admitió ante sus hijas y las autoridades haber destrozado a su esposa y tirar parte de su cuerpo en una barranca.
Fue el olor putrefacto el que alertó a los vecinos de la Unidad Habitacional Volkswagen II Ubicada en la junta auxiliar la Trinidad Sanctorum, Cuautlancingo
Fue el olor putrefacto el que alertó a los vecinos de la Unidad Habitacional Volkswagen II Ubicada en la junta auxiliar la Trinidad Sanctorum, Cuautlancingo