Lo que se puede observar especialmente bien en México en este momento, son las llamadas “bombas volcánicas”. Se trata de partículas de más de 64 mm de diámetro que son expulsadas por el volcán. Especialmente por la noche, esos proyectiles incandescentes constituyen un impresionante espectáculo natural. Sin embargo, debido a su peso relativamente elevado, esas partículas caen al suelo en las inmediaciones del Popocatépetl y, por tanto, causan daños relativamente menores.