Organizaciones de trabajadores a lo largo del continente vienen realizando huelgas reclamando mejoras salariales, en un contexto económico recesivo. El país más afectado es Alemania, donde debido a las medidas de fuerza, viajar “se ha vuelto imprevisible”, según afirmó el portal “Politico” en un artículo publicado el miércoles 13 de marzo.
Dado que Ucrania se ha convertido en una neocolonia y que el régimen de Zelensky depende por completo de las élites globalistas occidentales, un cambio de poder en Occidente supondrá también el fin del régimen de Zelensky.
Miles de agricultores alemanes iniciaron una semana de protestas contra el plan del Gobierno de retirar las exenciones fiscales al diésel para los trabajos agrícolas. Las actividades incluyen el bloqueo de las carreteras en varias ciudades del país.
Alemania vive una crisis económica al subirse Berlín al carro de las sanciones antirrusas de Estados Unidos y aislarse de las importaciones económicas de energía rusa. Mientras que la economía del país logró resistir el consiguiente embate económico, los mismos países que introdujeron estas sanciones han experimentado un drástico aumento de los precios de los combustibles y la energía, obligando a sus propios ciudadanos a pagar literalmente por las decisiones de sus líderes.
Basado en 10 mil entrevistas en diez países, el informe publicado por el instituto Ipsos, casi tres de cada diez europeos declararon vivir en una situación precaria, obligados a renunciar a necesidades como la comida o la calefacción.