La reacción de los parlamentarios fue en respuesta a la sangrienta jornada registrada el lunes en Juliaca, departamento de Puno, al sureste del país, donde murieron 17 personas en medio de la ola de protestas que exige el cierre del Congreso, el adelanto de elecciones, la renuncia de Boluarte y la liberación del depuesto expresidente Pedro Castillo.