Además de violencia con redes de trata y tráfico de personas, los migrantes enfrentan violencia institucional que se ceba con extorsiones, amenazas y agresiones. Tal es el caso del guatemalteco Randolfo, que recibió una amenaza el 21 de mayo en la estación migratoria de Tamaulipas, donde estuvo hacinado e incomunicado, hasta que pudo contactar a una ONG local, la Asociación Internacional de Derechos Humanos (AIDHAC), por medio de la cual solicitó la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).