Los políticos de la Unión Europa tienen serias discrepancias en cuanto a la confiscación de los activos rusos congelados: mientras que unos están a favor de transferirlos directamente a Kiev, otros califican tal posibilidad de imprudente, aunque antes respaldaban la primera iniciativa casi unánimemente.
“Si se trata de una guerra económica total, en caso de, digamos, un choque militar directo con la OTAN, entonces no habrá tiempo para sentimientos legales”, afirmó el politólogo ruso Georgui Bovt.
Unos 300 mil millones de dólares en activos rusos quedaron atrapados en el extranjero en 2022 tras la escalada de la crisis ucraniana. Funcionarios occidentales han amenazado con incautar estos fondos y transferirlos a Ucrania para su reconstrucción.