Según Meier, parece que hubo un mal funcionamiento de los fuegos artificiales que hizo que estos se dirigieran hacia las personas. Previo a los resultados de la autopsia se había reportado que Kivlenieks y otras personas estaban en un jacuzzi, y cuando intentaron salir de él, Kivlenieks resbaló, se cayó y se golpeó la cabeza contra el cemento.