En una de las zonas más conflictivas del sureste mexicano, jóvenes indígenas tzotziles con padres desplazados de sus comunidades, se unieron en una orquesta y un coro para romper la violencia.
El regreso a clases de manera presencial en varios niveles educativos se inició en este 2022, sin embargo, también comenzaron a registrarse los asaltos a estudiantes.