Jocabed Vazquez
Los poblanos evidenciaron las grietas que la administración morenista dejó en las calles de la ciudad con la administración de Claudia Rivera, debido a que el Ayuntamiento de Puebla decidió no invertir recursos municipales en obras faraónicas, pero sí en las prioritarias.
A Claudia Rivera se le recordará por los bacheros mal ejecutados durante su administración como presidenta municipal. Muchos alcaldes de la capital han intentado dejar huella con la ejecución de Macroproyectos que han costado millones de pesos a los poblanos y que con el paso de los años han quedado en el olvido.
El titular de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos, Israel Román Romano, reconoció que el 60% de las vialidades en el municipio de Puebla presentan daños importantes en el área de rodamiento, y mil 700 calles no fueron pavimentadas, esto, pese a que se invirtió millones para bacheo, remodelación de avenidas y dignificación de espacios públicos,
Entre los programas fallidos durante la administración de la morenista, se encuentra la colocación de los bolardos y las ciclovías. Aunque no se cansó de explicar que estos programas obedecen a tratados internacionales, así como de programas de movilidad que son amigables con el medio ambiente, además de beneficiar a los peatones o ciclistas, la mayoría de los poblanos no cobijó la estrategia.
En su último año de gobierno, Claudia Rivera pretendía inaugurar una de las obras más grandes de su administración, que sería la rehabilitación del bulevar Xonaca, y aunque se entregó el 28 de junio con dos meses de retraso, a un mes de inaugurar el proyecto, la dependencia tuvo que retirar el concreto hidráulico que ya estaba colocado para recomponer la pavimentación y los errores cometidos en un tramo que va desde el Mercado Morelos hasta el Club Alpha con sentido al Centro Histórico.
Para esta obra, el Ayuntamiento de Puebla invirtió 101 millones 616 mil 121 que consistió en la intervención de forma integral de la avenida Xonaca, avenida 20 Oriente, Carril de la Rosa, 50 Norte, bulevar del Bosque y Paseo de las Villas.
También sufrió los errores de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu), pues pagó el costo político de la mala planeación y pésimas decisiones de la dependencia federal para los que serían sus proyectos estrella, como la remodelación del Zócalo de Puebla y del Mercado Amalucan, debido a las trabas para obtener la licencia y la aprobación de los locatarios para hacer las intervenciones, ambos proyectos fueron cancelados por la federación.
La principal plaza de armas estuvo cerrada por seis meses y la mitad de los comerciantes del mercado Amalucan siguen trabajando en la calle, debajo de un puente con lonas que habilitó el gobierno municipal, pero con falta de servicios públicos en medio de la pandemia por coronavirus.
Para no dejar a la deriva el proyecto estrella de la morenista, la dependencia federal ofreció a Claudia Rivera hacer una intervención de obras menores como limpieza, restauración de piezas escultóricas y monumentales, así como el rescate de las áreas verdes.
Sin embargo, la remodelación de 77 millones de pesos en el Zócalo de Puebla que esperaba la ciudadanía, y en especial el sector empresarial, nunca llegó y se redujo a 10 millones de pesos, entre los cambios más notorios fue la limpieza de la plancha así como de la Fuente de San Miguel.
Los proyectos que dejará en cartera para la siguiente administración municipal serán la remodelación de la Central de Autobuses CAPU, la rehabilitación desde la 8 hasta la 18 Oriente, poniente como parte de las obras complementarias que prometió a la Sedatu, la culminación de la remodelación del Corredor comercial de la 5 de mayo y más de 30 obras que se deberán terminar en la gestión de Eduardo Rivera según lo dio a conocer su equipo de transición.