Jocabed Vazquez
En el Centro de Salud número 1 ubicado en el barrio de Analco, comunidad situada aquí en la ciudad de Puebla, obligan a personas con discapacidad a hacer filas y esperar bajo el sol por un certificado que “acredite” su discapacidad, el cual es obligatorio para acceder a programas sociales.
Según reportes, a diario llegan personas con discapacidad motriz en brazos de sus familiares o hasta en “diablitos”, ya que quienes requieren los certificados son de escasos recursos económicos y buscan acceder a sillas de ruedas, bastones u otros apoyos.
Aunque antes el trámite se realizaba por familiares de las y los beneficiarios, la directora del Centro de Salud, Guadalupe Maribel Álvarez López, es quien dispuso que sería obligatoria la presencia de las personas interesadas, con el argumento de que se requiere “confirmar” que tienen una discapacidad.
Antes de su llegada al cargo el pasado 1 de julio, la solicitud de certificados era rotatoria, ya que los 12 médicos del lugar recibían y autorizaban su expedición, aunque siempre iban firmados por el director del centro de salud.
Ahora, la decisión de autorizar o negar los certificados es exclusiva del doctor Alejandro Advear Álvarez López, hermano de la directora. Ante esta situación, personas afectadas denunciaron que existe un evidente nepotismo en el sitio, puesto que la directora gestionó el ingreso de su hermano, quien ahora incurre en abusos contra el personal y hasta de pacientes.
Estas medidas, además de considerarse excesivas, son vistas como absurdas, ya que inconformes señalaron que unos síndromes son incurables o muchas personas nacieron con sus padecimientos, de ahí que es innecesario un dictamen que cada año “confirme” la discapacidad.
Pese a que pacientes y sus familias reportaron la situación a la Secretaría de Salud del estado, reprocharon que no han tenido respuestas.