El virus del Covid_19, se convirtió en el brote infeccioso más mortal en la historia estadounidense, en comparación con la pandemia de la gripe española en el año de 1918, que cobró la vida de 675.000 estadounidenses.
El miércoles 22 de septiembre, en EE. UU, se registró una cifra impactante de 2.228 decesos por Covid_19, después de que un día antes se registraron 2,152, hoy alcanza los 700.000 según datos de Worldometers.info.
Estados Unidos tiene las cifras más altas de decesos, en todo el mundo. El país compone tan solo 4.2 por ciento de la población global, pero representa el 14 por ciento de los casi 4,7 millones de decesos en todo el mundo, según las cifras oficiales.
Más de 9,1 millones de años de vida se han perdido por la pandemia de Covid-19 en EE. UU., según un estudio publicado en Annals of Internal Medicine.
El catastrófico impacto de la gripe española, como el de la pandemia de Covid-19 , fue el producto de la decisión consciente de la clase gobernante de subordinar la preservación de la vida humana a las ganancias.
La gripe española se originó en el estado de Kansas, pero se propagó por todo el mundo, infectando a una tercera parte de la población mundial. Se extendió en las trincheras de la Primera Guerra Mundial cuya falta de higiene y atención médicas eran notorias, como lo son actualmente.
Actualmente la sociedad se encuentra “preparada” para erradicar el Covid-19, pues tan solo en 10 meses, se desarrollaron vacunas altamente efectivas contra el Covid-19. Las revoluciones en las telecomunicaciones han hecho posible obtener un conocimiento detallado sobre las andanzas y contactos de las personas infectadas. La capacidad de tratar a pacientes con terapias efectivas y seguras está rápidamente disponible.
Sin embargo, las relaciones sociales del capitalismo han prevenido el uso racional de estas herramientas para salvar vidas y poner fin a la pandemia.