Este miércoles la opinión pública fue testigo de un acto altamente cuestionable.
Resulta que tras una protesta de al menos 150 maestros que reclamaban la falta de pago de sueldos y bonos, así como para exigir la destitución de Omar Domínguez, supervisor escolar de la zona 021, por órdenes de “nadie sabe quién”, reprimieron y detuvieron a dos docentes.
Acto seguido, los maestros, en su mayoría provenientes de Tecamachalco, se plantaron en las instalaciones de la Secretaría de Educación de Puebla.
En una inaudita demostración de poder y falta de conciliación, se dieron órdenes emitidas por «algún funcionario» de la SEP para solicitar el desalojo de docentes y personal de Tecamachalco mediante el uso de la fuerza pública.
Durante esta violenta intervención resultaron varios lesionados y dos detenidos.
La Secretaría de Educación justificó que solicitó la intervención de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado para garantizar la integridad de los usuarios y personal administrativo, debido a supuestas “agresiones” de docentes.
Muchas veces, a docentes y ciudadanía, no les queda sino como último recurso la presión a través de la manifestación pública. Pero, a esto, le llaman alterar el órden público.