La BUAP elegirá nuevo rector en medio de la tercera ola de Covid-19 –que tiene hoy a Puebla en semáforo rojo– y del acoso político del gobernador Barbosa Huerta.
Karen Santos
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), catalogada por el QS World University Rankings 2022 como la quinta mejor universidad pública en México, elegirá nuevo rector en medio de la tercera ola de Covid-19 –que tiene hoy a Puebla en semáforo rojo– y del acoso político del gobernador Miguel Barbosa Huerta.
A causa del confinamiento sanitario, el Consejo Universitario de la BUAP hará la elección vía electrónica de un número aún no determinado de aspirantes, entre los que destaca, hasta ahora, la participación de dos académicas que posibilitaría que la máxima casa de estudios de Puebla sea dirigida por una mujer por primera vez en su historia.
Entre los requisitos que deben cubrir los aspirantes destacan: la posesión de un doctorado o grado académico de maestría o; una antigüedad no menor de cinco años ininterrumpidos en la BUAP; ser profesor o investigador titular definitivo; “gozar de reconocimiento como persona prudente y honorable, gozar del respeto y estimación universitaria” y no ser funcionario público ni dirigente de partido político el día de la elección.
El proceso electivo se dividirá en dos etapas: la auscultación y la elección. En la primera se buscará “valorar las opiniones de los universitarios a través de expresiones audiovisuales y/o escritas, dirigidas a la Comisión de Auscultación”. Por “universitarios” se entiende alumnos, docentes, personal administrativo, etc. y serán ellos quienes podrán enviar sus “nominaciones” mediante la página web eleccionrectoria2021.buap.mx.
La Comisión de Auscultación, integrada por consejeros universitarios, docentes e investigadores, revisará las propuestas y entrevistará a las personas que hayan sido nominadas por la comunidad universitaria los días 30 y 31 de agosto de 2021. Si reúnen los requisitos, la comisión les pedirá su documentación y su propuesta de trabajo para el periodo 2021-2025. Tras la entrevista, se elegirá a varios candidatos, quienes serán publicados el 1º de septiembre y deberán registrarse el día dos.
La campaña electoral se efectuará de manera electrónica en el apartado Conoce a tu candidato/a” en la página web eleccionrectoria2021.buap.mx y comenzará a partir de las 8:00 horas del seis de septiembre de 2021 hasta el 17 del mismo mes a las 18:00 horas. Ningún candidato podrá hacer uso del escudo de la BUAP, ni de spots o promocionales en medios de prensa masivos, pues si lo hicieran, perderían su registro.
El día 20 de septiembre, a través de la plataforma eleccionrectoria2021.buap.mx. los universitarios podrán emitir su voto. Si el resultado de la jornada electoral es avalado, el nombramiento del rector se emitirá el día 22; y quien resulte ganador tomará posesión el cuatro de octubre.
Para suceder al actual rector, Alfonso Esparza Ortiz, quien ocupa el cargo desde marzo de 2013 –primero como rector interino, tras la salida de Enrique Agüera Ibáñez, luego electo para el periodo 2013-2017 y reelecto para el 2017-2021– hay hasta ahora tres académicos con amplia difusión en redes sociales: Guadalupe Grajales y Porras, Francisco Manuel Vélez Pliego y Lilia Cedillo Ramírez, a quien se atribuye el apoyo de la actual rectoría porque fue secretaria General de la casa de estudios, directora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) e investigadora del Centro de Detección Biomolecular.
La doctora Cedillo Ramírez es química farmacobióloga por la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP; realizó estudios de maestría y doctorado en microbiología por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y tiene un doctorado en el Departamento de Microbiología de la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos.
En las redes sociales se afirma que ha sumado a su causa más de 43 unidades académicas y administrativas y a gran parte del Consejo Universitario. También tendría a su favor la cercanía con las hermanas de Beatriz Gabriela Gutiérrez Müller, la “no primera dama de la Nación”, quien también tiene una relación de amistad con Francisco Vélez Pliego.
La química es la más promovida por la prensa poblana y las columnas de los medios más visitados es mencionada como la “rectora en potencia” porque tiene muchos “años de lucha por el empoderamiento y liderazgo femenino en la educación”.
Francisco Vélez Pliego, exdirector del ICSyH, incluso ha denunciado que hay un evidente apoyo del “aparato institucional” hacia Cedillo Ramírez, pues como dirige el Centro de Detección Biomolecular, que investiga la pandemia en el estado, es promovida mediante constantes boletines oficiales y las redes sociales de la institución.
Sin embargo, la química se ha deslindado de estos respaldos, en particular con el del rector y muestra poco interés en la rectoría. “Yo al doctor Esparza le tengo mucho agradecimiento, a nombre de los universitarios, por lo que ha hecho en la pandemia. El trato con él no va más allá de una universitaria hacia su rector, reconociendo el cargo y la responsabilidad que tiene”, declaró ante un medio.
María del Socorro Guadalupe Alicia de la Inmaculada Concepción Grajales y Porras es una académica muy respetada del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego; estudió filosofía en la BUAP; ha sido representante de Puebla en la Asociación Filosófica de México y es académica en la Facultad de Filosofía y Letras, donde ha sido, en varias ocasiones, coordinadora del posgrado en ciencias del lenguaje.
Además, fue la primera mujer en asumir la Secretaría General de la BUAP, cargo que ostentaba hasta el pasado 29 de julio, cuando fue apartada del puesto por el propio rector en turno, ya que el secretario General de la BUAP integra la Comisión Electoral, por lo que podría afectar el proceso electoral. Grajales arguyó que éste era un “argumento desafortunado”, pues si bien es parte de la Comisión, el secretario general “no tiene ni voz ni voto”.
Ese mismo día, en conferencia de prensa, afirmó que no hay posibilidad de una elección transparente y justa en el proceso de septiembre, porque éste podría definirse “desde arriba” … por ello, advirtió ante los medios, “en la medida que los universitarios nos manifestemos libremente y atendamos los intereses comunes, que nos unifican a todos, vamos a lograr una elección que responda a nuestros intereses y no a un interés particular”.
Grajales y Porras comentó, asimismo, que su salida la beneficia porque “no pueden decir que tengo el apoyo oficial del rector. Nunca busqué un apoyo oficial”. Éste, sin embargo, podría ser determinante, porque aunque el rector Alfonso Esparza ha difundido que no tiene favoritos y que la elección será democrática y con apego a las reglas, después de que destituyó a Grajales de la Secretaría General, colocó en su lugar a José Carlos Bernal, quien es muy allegado a él y también a Cedillo.
BUAP: dos años en la mira de Barbosa
El gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, asumió una postura clara contra la gestión de la BUAP en manos de Esparza Ortiz. El desacuerdo inicial se generó cuando la Auditoría Superior del Estado (ASE), a cargo de Francisco Romero Serrano, interpuso denuncias en la Fiscalía General del Estado (FGE) contra Esparza Ortiz por presuntas operaciones irregulares que superan los 264 millones de pesos (mdp).
La ASE inició un proceso de fiscalización de los recursos de la BUAP, que resultó completamente inconstitucional, porque el ente encargado de revisar las cuentas de esta institución es la Auditoría Superior de la Nación (ASN) de la Cámara de Diputados (Federal), además jamás convocó a los representantes de la Universidad en función de ese propósito.
Cuando el rector Esparza se enteró de ese objetivo mediante un comunicado, afirmó que la Benemérita no se oponía a la revisión de cuentas; pero acusó al gobierno estatal de intentar violar la autonomía universitaria: “cuando la autoridad se entromete en lo que no le corresponde, se viola la autonomía. Cuando la fiscalización se utiliza para violar la autonomía es anticonstitucional”, sentenció ante los medios. La polémica llegó entonces hasta Palacio Nacional, desde donde académicos y alumnos acusaron a Barbosa de persecución política y represión contra Esparza Ortiz.
En junio de 2020 subió de tono la disputa, pues la Secretaría de Planeación y Finanzas (SPF) envió una denuncia a la Fiscalía General del Estado (FGE) contra Luz Andrea Esparza Vergara, hija de Alfonso Esparza, por una presunta disparidad entre sus ingresos y egresos. Además, el rector fue señalado de haber participado, entre 2014 y 2017, en una red de lavado de dinero por un monto de mil 400 mdp.
En octubre de 2020, el Consejo Universitario denunció que la BUAP “ha sido blanco del asedio, acción articulada y sistemática de las instituciones del gobierno del estado, que han llegado a la indeseable práctica de manipular a la opinión pública, no solo para desacreditar a las autoridades universitarias, sino para hacer parecer que es un gobierno dedicado a perseguir a todo aquel que se interponga en su objetivo de tomar el control de la máxima casa de estudios”.
Recientemente, durante una entrevista con un periodista poblano, Miguel Barbosa arremetió otra vez contra Esparza Ortiz, cuando lo llamó “tiburonzote”, del que “pronto se va a saber más”.
En un contexto de tensión política y confinamiento social, derivado de la pandemia, la próxima elección de la BUAP genera interrogantes de difícil previsión con respecto a su resultado, pese a que los tres aspirantes a la rectoría más reconocidos han emitido posturas muy “políticas”, debido a que aseguran que la Universidad no tiene ningún conflicto con el Ejecutivo; y que muy probablemente el conflicto entre su actual rectorado y el gobernador Barbosa fue “un error de comunicación”.
UDLAP también está bajo presión
Barbosa Huerta no solo ha presionado a la BUAP; también se ha lanzado contra otras casas de estudios. El 29 de junio, la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) fue tomada por elementos de la policía estatal, cuando el Juez Segundo de lo Civil de San Andrés Cholula, José Cuauhtémoc, solicitó su intervención con base en la demanda promovida por la Fundación Mary Street Jenkins (FMSJ) para que le devolviera las instalaciones educativas.
Horas más tarde, la FMSJ aclaró que el gobierno de Barbosa Huerta había actuado por su cuenta y era el principal impulsor de una persecución contra la UDLAP. “La fabricación de órdenes de aprehensión sin pruebas, patrocinadas desde el Gobierno del Estado de Puebla, demuestran un clima de persecución que tiene la finalidad de inhibir los efectos de la suspensión para recuperar el campus de la Universidad”.
Y esa “fabricación” se hizo realidad, pues el 19 de agosto se difundió que un juez habría girado una orden de aprehensión contra el exrector de la UDLAP, Luis Ernesto Derbez Bautista, e integrantes del cuerpo directivo de esta casa de estudios, por el delito de fraude específico por más de 100 mdp de la FMSJ, que habrían desviado mediante la creación de empresas de su propiedad.
La Fundación reiteró entonces que las órdenes de aprehensión contra Derbez Bautista y su equipo directivo fueron fabricadas por un aparato judicial al servicio del gobernador de Puebla: “Se trata de una persecución política estructurada por el Gobernador Miguel Barbosa, quien tiene a su alcance la fabricación de órdenes de aprehensión con el aparato que está a su disposición desde el Gobierno de Puebla”.
En Puebla no se duda que así sea, pues es conocida la animadversión de Barbosa Huerta hacia los rectores de las universidades públicas y privadas –en alguna ocasión declaró: “cuando ve uno a un rector se le puede decir ‘don dinero, ¿cómo estás?”– debido, básicamente, a que los académicos universitarios han destacado por sus críticas a su forma de gobernar y actuar como político. Barbosa Huerta parece olvidar, sin embargo, que cuando se trata de defender la autonomía de sus casas de estudio, los universitarios no reparan en acciones para mantenerla autónoma.
