Las ventas de cerveza, vino y licores han tenido una tendencia al alza durante años en los Estados Unidos, pero ahora la industria ahora enfrenta nuevas amenazas.
Este año, millones de estadounidenses participaron en el Enero Seco, la tradición de abstenerse de beber alcohol durante un mes entero y la industria del alcohol se está despertando con una resaca desagradable.
IWSR, una empresa de datos global que investiga las bebidas, descubrió que los volúmenes de alcohol interanuales de los Estados Unidos cayeron un 2.6 % en 2023 y un 2.8 % durante los primeros siete meses de 2024. Según Nielsen, una empresa estadounidense de encuestas, los volúmenes de cerveza disminuyeron un 2.9 % el año pasado y el vino un 4.4 %.
Incluso las marcas de licores premium sufrieron, pues Remy Cointreau informó de una caída de casi el 23 % el otoño pasado.
“El año pasado fue un año terrible para la industria”, dijo al portal The Hustle, Marten Lodewijks, Presidente de la división estadounidense de International Wine and Spirits Record (IWSR). La pregunta “multimillonaria”, añadió, es si los cambios en las preferencias de los consumidores y en las opciones de estilo de vida, algunos provocados por una mayor conciencia de los riesgos para la salud del alcohol, transformarán la industria a largo plazo.
Y ahora mismo nadie tiene una respuesta fácil. Hasta los últimos dos años, la industria de las bebidas alcohólicas se mantuvo estable.
Aunque las ventas de cerveza, vino y licores han pasado por pausas cíclicas, la marea creciente de al menos un tipo de alcohol ha llevado a un crecimiento constante en toda la industria. Entre 1992 y 2022, las licorerías vieron caídas de ventas interanuales solo dos veces, según los datos del censo de EU.
Las crisis económicas apenas han cambiado las perspectivas. Al analizar las recesiones desde 1991, IWSR descubrió que el vino y los licores seguían teniendo un crecimiento bajo, que aumentó sustancialmente el año posterior al fin de la recesión.
La suerte de la industria comenzó a cambiar hacia fines de 2022 y en 2023 y 2024, cuando las ventas de licores cayeron después de 20 años de crecimiento aproximadamente continuo, lo que llevó a toda la industria a un declive. Los únicos licores que experimentaron un crecimiento el año pasado, según Nielsen, fueron el tequila y el whisky canadiense.
Mientras tanto, la cerveza artesanal continuó una caída que comenzó a fines de la década de 2000 pues la cerveza convencional se desvaneció antes de eso y el vino se ha estancado desde aproximadamente 2018.
Inicialmente, dijo Lodewijks, la caída general de la industria parecía ser una reversión de los hábitos pandémicos, cuando aumentaron las ventas como el volumen de alcohol. Cuando la gente empezó a salir de nuevo, muchos se resistieron ante los aumentos de precio de las bebidas alcohólicas en los restaurantes.
«Ahora, cuando salen, no compran whisky de pura malta», señaló Lodewijks. «Compran whisky mezclado, que es más barato».
Pero otra razón para el malestar de toda la industria, según Lodewijks, es la moderación. Con los precios en alza en toda la economía en los últimos años, los consumidores se moderaron reduciendo su consumo de alcohol o comprando alcohol más barato.
También han moderado sus estilos de vida. La gente ha estado bebiendo y saliendo menos a medida que reconsidera sus hábitos de alcohol.
El año pasado, Gallup descubrió que el 45% de los estadounidenses consideraba que beber con moderación, es decir, beber una o dos copas al día, era perjudicial para la salud. Eso es aproximadamente el doble de la proporción de los que lo consideraban a mediados de la década de 2000.
Las fuerzas económicas más grandes también oscurecen el panorama. Como sucede con cualquier cantidad de industrias, las compañías de bebidas están preocupadas por los aranceles. Si la administración entrante de Trump los promulga en gran medida, podrían hacer que los precios se disparen para alcohol importado a los EU, especialmente licores como el tequila mexicano, el whisky canadiense y el vodka europeo.
Asimismo, el alcohol exportado desde los EU, ya que los países extranjeros pueden corresponder con aranceles.
La forma en que las compañías de licores se ajusten, cree Lodewijks, depende de la respuesta del consumidor. ¿Pagarán los precios más altos? ¿Sustituirán el vodka europeo o el tequila mexicano con cerveza y ginebra nacionales?
Si tuviera que invertir mi dinero en algún lugar, probablemente sería en el mercado del whisky estadounidense, concluyó.