Adrián Salazar
Luego de la tajante política del actual presidente del vecino país del norte, Donald Trump, para declarar “emergencia nacional” en su frontera sur con México y el restablecimiento del programa “Quédate en México” para evitar que los migrantes indocumentados sigan cruzando la frontera en busca del “sueño americano”, el gobierno de nuestro país, encabezado por la morenista Claudia Sheinbaum, en una actitud servil, implementó el programa “México te abraza”, el cual -dijo-, cuando lleguen a México -los migrantes repatriados- ya hay un programa integral que tiene que ver con apoyos de Bienestar; con ingreso al IMSS; con apoyo para empleo; con transporte para que puedan llegar a sus lugares de origen; un pequeño apoyo inicial que les permita también, si llegan sin recursos, poderlos tener para poder llegar.
Por su parte, el gobernador de Puebla Alejandro Armenta señaló que su gobierno implementará un programa integral de empleo y vivienda, para lo cual ya se negocian espacios laborales con el sector privado y lamentó que las autoridades de Estados Unidos están dejando ir a una buena mano de obra. “Son hermanos, hermanas, con un alto nivel de capacitación, por eso es que insisto, quienes se la van a perder son ellos”, sostuvo.
¿Y entonces por qué los gobiernos de aquí los dejan ir así de fácil? ¿Por qué los gobiernos actuales y pasados -en manos de Morena, PAN y PRI-, no han implementado políticas para evitar la gran fuga de mano de obra tan importante? ¿Por qué el gobierno mexicano deja a sus ciudadanos aventurarse en una empresa que ha costado ingente cantidad de vida de hombres, mujeres y niños en busca de un pan para poder alimentar a sus familias?
Realmente el problema va más allá, y este gobierno federal en manos de Morena, al igual que los “conservadores” del PRI y del PAN que tanto critican, adolece de lo mismo, no está para atender y resolver los problemas de la clase trabajadora. Para muestra un botón: no han creado los empleos suficientes.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a nivel mundial la tasa de desempleo fue del 5% el año pasado con 402.4 millones de puestos de trabajo faltantes, de estos, el 46% corresponde a personas desempleadas, el 34 por ciento a individuos desalentados por la falta de oportunidades y el 20 por ciento a quienes no pueden ingresar al mercado laboral debido a responsabilidades de cuidado.
En 2024 un millón 62 mil 721 empleos se desarrollaron en el sector informal, lo cual representó un incremento del 54.6 por ciento en la tasa de informalidad laboral; mientras que la formalidad sufrió una disminución de 204 mil 550 puestos, un 0.3%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
Con esto podemos darnos una idea del impacto negativo en los ingresos de una parte importante de la población, por ejemplo, disparidades salariales entre trabajadores formales e informales. De acuerdo con su informe del tercer trimestre de 2024, los trabajadores formales recibieron un ingreso promedio de 10 mil 583.78 pesos al mes, mientras que los informales ganaron apenas cinco mil 18.76 pesos. Esta diferencia refleja un contraste significativo, ya que el trabajador formal gana 111 por ciento más que su contraparte informal, lo que agrava las brechas de desigualdad en el país, además de que el 59.5 % de la población no tiene acceso a la seguridad social, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
De acuerdo con el INEGI, de enero a septiembre de 2024, Puebla reportó la cifra de trabajadores informales más alta desde el mismo periodo de 2020; a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), se dio a conocer que, en los primeros nueve meses del 2024, el estado poblano registró a 2 millones 147 mil 632 personas en el sector informal, es decir, trabajadores que no recibieron ningún tipo de prestación como aguinaldo, utilidades, seguridad social y crédito para vivienda.
En un análisis de las condiciones laborales que se ofrecen en Puebla, el INEGI informó que, de las 3 millones 090 mil 453 personas ocupadas con un empleo, 2 millones 147 mil 632 son informales y 942 mil 821, formales; el 49.1% de trabajadores, que son un millón 519 mil 115, perciben sólo un salario mínimo, mientras que otro 27.5% apenas alcanza los dos salarios mínimos; un millón 296 mil 103 poblanos, que son el 41.9%, tienen una jornada laboral de hasta 48 horas, como lo marca la ley, sin embargo, otros 905 mil 233 superan ese tiempo.
Es decir, ni el país ni el estado de Puebla, las autoridades gubernamentales generan los empleos suficientes ¡ni para los que aquí vivimos!, ya se podemos imaginar las condiciones y los retos a los que se enfrentarán los paisanos repatriados: a engordar las filas de mano de obra de reserva del capital.
Ante esta dura realidad, y oponiéndose rebeldemente a morir de hambre, las personas autoempleadas en el comercio sobre espacios públicos y otras actividades subsanan la oferta inexistente de trabajo formal a través del autoempleo, sólo así logran salir adelante, generando sus propios ingresos sin dedicarse a alguna actividad ilícita.
Ítem más. De acuerdo con el INEGI, la Población Económicamente Activa (PEA) está integrada por 60.7 millones de mexicanos, de estos, el 54.3%, es decir, 32.1 millones están en modalidad de empleo informal; en los cinco estados más pobres del país: Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Chiapas y Puebla, la informalidad laboral supera el 70 por ciento de la PEA.
A pesar de eso, la propia Oxfam y México, ¿cómo vamos? Coinciden en que también los trabajadores informales pagan impuestos y lo hacen “cuando consumen bienes o servicios; es decir pagan, al menos, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) o el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS)”. Además, casi la cuarta parte de las personas que trabajan en el sector formal de la economía en la modalidad de servicios por honorarios también paga el Impuesto sobre la Renta (ISR). Esto echa por tierra un argumento que los empresarios esgrimen para que los gobiernos retiren a los trabajadores informales que se dedican a la venta de mercancías en la vía pública, acusándolos de no pagar impuestos.
En el periodo de 2018-2024 sólo se crearon 416 mil fuentes de empleo, cifra por debajo de la reportada en las últimas dos décadas, cuando se crearon 500 mil y 700 mil puestos de trabajo anuales. Los actuales niveles de pobreza y marginación afectan a 50 millones de mexicanos, cifra variable y similar a la de los trabajadores informales, que suman 32.2 millones y equivale a la mitad de la PEA.
En este contexto, la informalidad que se vive hoy en día no se limita a las calles, sino que ha impactado en la economía nacional, donde existen más negocios sin registro cuyos empleos y salarios son precarios y no pagan utilidades, aguinaldos, vacaciones, servicios sanitarios, cuotas pensionarias y habitacionales a sus trabajadores, y tampoco permiten la sindicalización.
Sin embargo, lejos de que el gobierno -en sus distintos niveles- sea garante de los derechos de estas personas y aplique las medidas necesarias como la creación de empleos suficientes y bien remunerados para que tengan una vida digna, lo que hacen es estigmatizarlas, criminalizarlas y perseguirlas, por eso, ese invento llamado “México te abraza”, será un fiasco como todos los anteriores. Al tiempo.
