Las fuerzas de ocupación israelíes no han logrado capturar ni una sola aldea en el sur de Líbano, a pesar de desplegar más de 50 mil soldados en una invasión terrestre que se prolonga desde hace un mes, lamenta el periódico Yedioth Ahronoth. La ofensiva actual involucra cinco divisiones, tres veces el tamaño de la fuerza desplegada durante la fallida guerra de 2006, pero no ha logrado ganancias territoriales significativas.
El reportaje atribuye los reveses de Israel a las “estrategias tácticas efectivas” de Hezbollah, incluidas defensas en múltiples capas y ataques de precisión contra unidades blindadas israelíes. El coronel Jack Neriya, asesor del primer ministro Isaak Rabin, dice que los combatientes de Hezbollah permiten que las tropas israelíes avancen antes de atraparlas en emboscadas, lo que ha planteado desafíos incluso para las unidades de élite. “Esta táctica de emboscada ha creado desafíos extremos para las fuerzas israelíes, incluidas unidades de élite como Golani y otros comandos”, dice el coronel.
Hezbollah afirma haber destruido 42 tanques Merkava, cuatro topadoras, dos Hummers, un vehículo blindado y un vehículo blindado de transporte de tropas desde el inicio de la invasión. El movimiento de resistencia libanés también informó de más de 95 soldados israelíes muertos y 900 heridos. Las fuerzas israelíes han tenido dificultades para localizar las posiciones de Hezbollah y contrarrestar los esquivos drones.
Sólo el mes pasado, informa el periódico israelí, murieron 64 soldados israelíes y 24 colonos. Además, los ataques de Hezbollah, con una gran cantidad de misiles y drones, activaron 14 mil sirenas de alarma en Israel.
A pesar del importante apoyo de artillería y poder aéreo, la ofensiva militar israelí es un fracaso. Yedioth Ahronoth señala que la falta de progresos podría resultar en más bajas israelíes que en cualquier otra guerra desde finales de los años cuarenta.