Sistema de salud mexicano, utopía morenista

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Carmen Guevara

Quien aún crea que el sistema de salud de México es igual o mejor que el de Dinamarca, seguramente no ha tenido necesidad de acudir a una clínica o centro de salud, si no cambiaría de opinión. Después de las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre este tema, durante su 6° Informe de Gobierno, varios medios de comunicación han realizado la comparativa y encontrado similitudes en la operatividad de los dos sistemas, sin embargo, los resultados materializados no son los mismos ni están cerca de parecerse.

En 2022, publicó hace unos días El Sol de Puebla, el sistema de salud danés ganó popularidad porque “su atención médica está entre las tres mejores del mundo, según un reporte publicado en la revista CEOWorld. Esto se debe a la alta calidad encontrada en su sistema, así como en la infraestructura médica, los precios y la disponibilidad de medicamentos. Prácticamente todos los servicios de salud son gratuitos, y casi el 100 por ciento de la población cuenta con un médico especialista”.

De acuerdo con el portal Infobae.com, el sistema de salud en México tiene al menos siete similitudes con el de Dinamarca: financiación pública, duración de consultas, población abarcada (en cuanto a la meta a alcanzar en atención), no subrogación de áreas operativas, unidades médicas públicas, causas de mortalidad y que es un órgano público descentralizado. 

Sin embargo, los resultados en nuestro país están lejos de los objetivos planteados por el presidente López Obrador; no hay relación de congruencia entre el discurso y la realidad. Veamos lo que ha ocurrido en su sexenio.

En noviembre de 2019 fue eliminado oficialmente el Seguro Popular y sustituido por Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), operado centralmente por el gobierno federal. Para 2022, el Insabi, que tenía la meta de atender a más de 66.4 millones de mexicanos sin seguridad social, tenía como resultados cifras alarmantes por la caída en la atención médica, la mala gestión por la pandemia del Covid-19 y un mayor desembolso de las familias para atender su salud. 

De acuerdo con el informe Medición de la pobreza 2022 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), “las personas que presentaron carencia por acceso a los servicios de salud pasaron de 16.2% a 39.1% entre 2018 y 2022, es decir, de 20.1 a 50.4 millones de personas en esta situación, respectivamente”. Dicho estudio, también revela que apenas el 13.1% de la población estaba afiliada al Insabi y el 38.3% al IMSS. En julio de 2023 se publicaron los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (ENIGH), en la que se muestra un incremento en el gasto a la salud. En 2016, devela la ENIGH, el gasto trimestral en promedio era de 1,037 pesos, para 2022 este creció a 1,345 pesos, es decir, casi 30% más.

Ante el fracaso del Insabi, el presidente López Obrador anunció la eliminación de este, para dar paso a la operación del sistema de salud al IMSS-Bienestar, nuevamente con la meta de atender a los más de 66 millones de mexicanos sin seguridad social. En junio de 2023 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la desincorporación por extinción del Insabi y, a la fecha, veamos cuáles son los resultados del nuevo órgano operador.

En la mañanera del 02 de julio, el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Zoé Robledo dio a conocer que, al 28 de junio del presente año, el número de beneficiarios del IMSS-Bienestar era de 9.5 millones, o sea, el 14.3% de la meta establecida, y que opera en 23 estados del país. Hace unos días, aseguró que ya se está operando el programa “La clínica es nuestra” en la que los de Centros de Salud con Servicios Ampliados (CESSA) llegarán a recibir un millón 200 mil pesos, mientras que las unidades de un consultorio les corresponden 400 mil pesos; aunque ¿con esta cantidad se garantiza el equipamiento, insumos y lo que se requiera para brindar un servicio de calidad y gratuito?

López Obrador aseguró en su informe de gobierno que deja un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, y ¿cómo es eso posible, si hubo un retroceso en la atención a la salud con la mala gestión del Insabi, que tuvo que ser eliminado, y el IMSS-bienestar que apenas ha logrado un padrón de afiliación de 9.5 millones de más de 66 millones?

Se puede ver en la realidad que el sistema de salud en el país ni ha mejorado, ni es igual o mejor que el de Dinamarca y menos es universal, ni gratuito, ni de calidad. Es una simple utopía del gobierno morenista federal, que en el discurso suena impactante, pero que en la realidad afecta a millones de mexicanos que tienen que recurrir a los servicios privados para atender su salud.

El pueblo no es el beneficiario de lo que dice ese discurso rimbombante, por eso es necesario que se organice y luche, ya que es la única manera de alcanzar mejoras en sus condiciones de vida.

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