La Armada de Rusia ha comenzado este martes el ejercicio estratégico Okeán-2024 (Océano-2024), siendo uno de los principales acontecimientos en el marco de los entrenamientos de combate previstos por las Fuerzas Armadas rusas para este año. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha confirmado que el presidente Vladímir Putin va a observar la fase activa de las maniobras mediante una transmisión por video.
El ejercicio, que durará hasta el 16 de septiembre, se desarrollará en el océano Pacífico, Ártico y en el mar Mediterráneo, Caspio y el Báltico con participación de más de 400 buques de guerra, submarinos y buques de apoyo de la flota auxiliar, así como más de 120 aviones y helicópteros de la aviación naval de la Armada y de las Fuerzas Aeroespaciales rusas.
El Ministerio de Defensa de Rusia detalló que en las maniobras participarán más de 90 mil efectivos, que contarán con alrededor de 7 mil unidades de armamento y equipos militares.
Okeán-2024 tiene como objetivo poner a prueba la preparación de los altos mandos de la Armada rusa para gestionar grupos heterogéneos en zonas bajo su responsabilidad, resolver tareas operativas no estándar, utilizar armas de alta precisión y otros equipos militares, así como ampliar la cooperación con las fuerzas navales de los países aliados a la hora de resolver tareas conjuntas en el mar.
En ese sentido, Moscú también invitó a grupos de trabajo de los órganos de la administración militar y contingentes militares de sus socios extranjeros. China ha enviado cuatro buques de combate y uno de abastecimiento. Las naves militares ya se han unido a los buques rusos en el golfo de Pedro el Grande, en el mar del Japón.
Las maniobras constarán de dos etapas. Durante la primera fase, los efectivos del mando y control militar perfeccionarán el despliegue de agrupaciones de fuerzas en lugares designados, mientras que la segunda fase estará dedicada al simulacro de operaciones de combate.
Los participantes buscarán “derrotar” a fuerzas y blancos del enemigo improvisado, realizar desembarcos en costas no equipadas y defender instalaciones relacionadas con la actividad económica marítima, así como las comunicaciones estratégicas.