“Es muy importante que los padres de familia atiendan a sus hijos, que los padres de familia estén al tanto de lo que están haciendo y que los jóvenes tengan moderación”, fueron las palabras del alcalde de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, quien exhortó a padres de familia a poner más atención a sus hijos. (!) Esto, claro, no resuelve el problema ni lo aminora.
Las declaraciones tienen lugar tras las denuncias de ciudadanos que dan cuenta de jóvenes ebrios, vomitando, golpeados o completamente inconscientes en bares cercanos a la Colonia Villa Universitaria, y en muchas otras partes de Puebla donde pululan los bares de buena y mala muerte.
Aquí hay dos hechos relevantes, por un lado el Poder Legislativo aprobó por unanimidad un paquete de iniciativas destinadas a reforzar la seguridad tanto en el interior como en el exterior de antros y bares. Las modificaciones aprobadas afectan diversos artículos de la Ley para la Venta y Suministro de Bebidas Alcohólicas, la Ley de Seguridad Privada y el Código Penal del Estado de Puebla, lo que pega de lleno a quienes se dedican a este negocio.
Y por otro lado el constructo social en el que los jóvenes habitan. Pocas veces se pone de manifiesto que también este tema tiene que ver con el desarrollo económico en el que vivimos, cuya propaganda es “Vive, diviértete”, el libertinaje en su máximo esplendor, que de la mano con el consumismo no se toca y por tanto no se resuelve.
Veremos si en octubre los municipios acatan la ley, y si eso no aumenta los lugares clandestinos de venta de alcohol.
