“Evite todos los viajes al Líbano debido al deterioro de la situación de seguridad, el riesgo continuo de ataques terroristas y el conflicto armado en curso con Israel”, avisó el lunes el Gobierno de Canadá. “La situación de seguridad puede deteriorarse aún más sin previo aviso”, agregó.
Además, medios israelíes informan que Melanie Joly, ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, informó a su par israelí, Israel Katz, que Ottawa se está preparando para evacuar a unos 45 mil ciudadanos en el Líbano. “Tenemos mucho miedo de una guerra en el Líbano y nos estamos preparando para la mayor operación de rescate que jamás hayamos llevado a cabo”, señaló.
De forma igual, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kuwait instó el viernes a sus conacionales “que se abstengan de dirigirse a la República Libanesa en este momento, en vista de los sucesivos acontecimientos en materia de seguridad que está experimentando la región”, o que salgan “lo antes posible”.
En meses anteriores, una serie de Estados ya comenzaron a recomendar a sus ciudadanos no viajar al Líbano. Mientras, según afirmó el viernes The Guardian, decenas de miles de civiles ya han huido de sus hogares en ambos países.
Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el país ha aprobado los planes operativos para lanzar una ofensiva en el Líbano. En respuesta, el líder de Hezbolá, Sayyed Hasán Nasrallah, advirtió a Tel Aviv que si desata una “guerra total” contra el movimiento libanés “ningún lugar” del país hebreo estaría a salvo y la “situación en el Mediterráneo cambiará por completo”.
Al respecto, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que la escalada en la retórica y en acciones belicistas intercambiadas puede desencadenar “una catástrofe”. “Un conflicto regional no seguirá siendo regional, se volverá internacional muy rápidamente”, argumentó Khalid bin Bandar Al Saúd, embajador de Arabia Saudita en el Reino Unido.
Mientras, algunos medios opinan que cada parte tiene una razón para evitar una mayor escalada. “El estatus de Hezbolá se ve reforzado por la situación actual e Irán no quiere desperdiciar un elemento de disuasión contra un ataque a sus instalaciones nucleares. El Líbano ya está de rodillas. Un conflicto a gran escala sería un riesgo existencial para el propio Israel”, escribe The Guardian.
En este sentido, Reuters comentó que, “si bien Israel tiene el ejército más poderoso de Medio Oriente, Hezbolá tiene miles de combatientes, muchos de ellos con experiencia en la guerra civil siria, y un arsenal de decenas de miles de misiles capaces de alcanzar ciudades en todo Israel” y que “cuenta con una gran flota de drones”.
Al mismo tiempo, Orna Mizrahi, exfuncionaria del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, afirmó: “La mayoría del Gobierno realmente no quiere entrar en una guerra, pero es posible que estemos llegando allí”.
Mientras, en el Líbano, los comentarios de Nasrallah dejaron a muchos preparándose para una guerra más amplia. Pero algunos diplomáticos y analistas argumentaron que sus amenazas eran un intento de igualar la creciente retórica de Israel.
“Para mí, esto forma parte de una estrategia disuasoria”, afirmó Hubert Faustmann, analista político y profesor de historia y relaciones internacionales en la Universidad de Nicosia. “Existe un gran peligro de que Israel intensifique la confrontación con Hezbolá y una guerra total y a gran escala, algo que no creo que Hezbolá quiera”, añadió.