Por Marianela Córdova
Las escuelas de Tecomatlán fueron formadas al tenor de la lucha de una educación para todos. El objetivo de la creación de estas fue educar a estudiantes pobres de Puebla y de los estados vecinos, principalmente, y así ellos tuvieran acceso a una calidad académica a través de una educación integral a bajos costos en nuestros planteles antorchistas.
Desde agosto del año pasado se viene anunciando la unificación del nuevo modelo educativo de la mal llamada “Nueva Escuela Mexicana”, hoy es un hecho, la Secretaría de Educación Pública (SEP) hizo oficial el regreso a clases instrumentando la educación directa en las aulas a través del nuevo modelo, así, cientos de estudiantes volverán a Tecomatlán en estos cambios, desde el Preescolar hasta el CBTa, hoy, padres de familia, docentes y estudiantes toman la batuta de un nuevo reto.
En Tecomatlán gran parte de los estudiantes son de regiones rurales y marginadas de Oaxaca, Guerrero y Puebla; su formación actual está incompleta o débil, los conocimientos base no son los idóneos y carecen de herramientas para afrontar el semestre que se avecina, en ese caso se encuentra casi 60% de la escuela en la que laboro, del total que llegó al curso en este ciclo escolar.
Se implementó en el CBTa No 110 un curso propedéutico, taller preparatorio que tiene como finalidad instruir a los estudiantes antes de dar inicio formal a los estudios sobre un área de conocimiento específica. Su nombre proviene del término “propedéutica”, que se refiere a la instrucción o formación necesaria para anticipar el estudio de una materia, ciencia o disciplina, estos cursos recordemos que se ocupan para medir conocimientos previos y así dar el enfoque correcto para el propósito de aprendizaje.
Si consideramos, por ese sentido, el curso es bueno, sin embargo, el proyecto viene organizado, al menos para primer semestre, con la base de la Nueva Escuela Mexicana en el nivel medio superior, modelo educativo que implementó la Cuarta Transformación al comienzo de su gestión, a lo cual en el contexto no le vemos por donde iniciar, pero que de manera formal ya pide que así se practique, incluso se sobreentiende que los jóvenes de secundaria vendrían bajo ese contexto educativo, ¡mentira!
Después de todos los cursos, capacitaciones, nuevas direcciones que se habían acomodado entorno a los profesores, simplemente se fue el modelo, se esfumó nuestra preparación y, ¡sorpresa! venía un nuevo modelo en marcha. En México, en el terreno de la educación, enterrar el pasado inmediato de cualquier partido una vez terminada su administración es algo tradicional, y el gobierno actual no se quedó atrás, la llamada “Reforma Educativa» fue un compromiso que el gobierno de la 4T volvió de la práctica al olvido.
El 15 de mayo de 2019, López Obrador anunció la derogación de aquella Reforma, en esa misma fecha se proponía una reforma constitucional para construir un nuevo proyecto educativo. El 6 de julio de 2020 se giraba el Decreto por el que se aprobó el Programa Sectorial de Educación (PSE) 2020-2024, derivado del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2020-2024, lo que lleva a reflexionar brevemente sobre el proyecto denominado: la Nueva Escuela Mexicana (NEM) hoy puesto en marcha tres años después.
La NEM se define como «concepción de la escuela que busca la equidad, la excelencia y la mejora continua en la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro educativo de los niños, adolescentes y jóvenes. Tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad».
No obstante, al recapacitar sobre esta idea unilateral, se debe concluir que la NEM es una propuesta de proyecto educativo planteada por el ejecutivo federal desde inicios de su administración. La NEM es una utopía que se encuentra en permanente construcción, desde el pensamiento hasta la práctica, además de ser un conjunto de elementos que debe mejorar en las dimensiones: humana, conceptual, normativa, administrativa, organizativa, pedagógica, curricular, tecnológica, financiera, de contenidos, de infraestructura, de servicios escolares, de materiales, de formación y capacitación y de contexto, etc.
Supongamos que se tenía todo para direccionar el camino hacia una transformación educativa mexicana, ¿por qué no se ha conseguido? Algo no funciona. Han transcurrido tres años desde que los protagonistas iniciaron su misión en el Proyecto Educativo. ¿Quién está atrás de la estructura orgánica de la SEP? Quedaría bien revisar perfiles, formación, experiencia y antecedentes, tal vez ahí se encuentre la respuesta del porqué no hay cambio y mejora alguna en la educación media superior.
Proyectar una nueva escuela es una oferta de siempre, un ideal fácil de ofrecer, pero difícil de lograr. Lo que preocupa es que aún no se aprecia esa evocada “Nueva Escuela Mexicana”. Es más, en muchas escuelas hay necesidades, no hay agua, luz, infraestructura y lo más significativo no existen apoyos reales del gobierno de la 4T. Ellos son parte de los principales actores educativos, pero no en la mejora continua de los hechos, en sí, están involucradas varias acciones para hacerla realidad.
En Tecomatlán necesitamos verdaderamente poner en práctica el Proyecto Educativo de Antorcha Magisterial, activar el Centro de Maestros, reflorecer la Escuela Normal Superior “Mixteca Baja”, seguir con asesorías gratuitas y permanentes para jóvenes con bajos promedios, implementar el MECETECO como debe ser, no improvisar, sólo así lo lograremos, no para construir solo una nueva escuela, sino transformar la educación en México.