Cinco semanas de guerra han agravado la crisis humanitaria y cada vez existe más presión para que Israel interrumpa el ataque contra Hamás y permita el ingreso de más ayuda en la Franja de Gaza. La crisis es particularmente grave en los hospitales, que tienen dificultades para prestar asistencia.
La situación en Gaza ha empeorado en la última semana con escasez de alimentos y suministros médicos y más de 11 mil muertos, según las autoridades sanitarias. Las Naciones Unidas, grupos de ayuda y aliados clave, incluido el presidente Emmanuel Macron de Francia, instaron a Israel a detener brevemente el combate para permitir la entrada de suministros, la salida de extranjeros y la liberación de rehenes. Se informó que la próxima semana Macron visitará Israel para mostrar su solidaridad a Israel.
Israel ha acordado breves pausas diarias para permitir la huida de los gazatíes. Casi 80 mil se dirigieron al sur la semana pasada, cuando el ejército israelí se adentró más en el territorio.
Los líderes mundiales también han cambiado el tono en las dos últimas semanas: muchos de los aliados de Israel que le ofrecieron un apoyo incondicional al comienzo de la guerra piden ahora al menos una pausa humanitaria, si no un alto al fuego. Israel ha rechazado repetidamente las peticiones de alto al fuego desde el 7 de octubre, cuando Hamás y otros grupos armados mataron al menos a mil 200 personas en una emboscada a primera hora de la mañana en el sur de Israel.
Una de las peticiones más enérgicas para que se haga una pausa fue la del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken. “Demasiados palestinos han muerto”, declaró a la prensa en Nueva Delhi el viernes, tras una gira diplomática por países de Medio Oriente y Asia. Las declaraciones de Blinken fueron lo más cerca que ha estado de criticar la conducta de Israel e insinuaron que el gobierno de Biden estaba intensificando la presión sobre Israel para que hiciera más por limitar el daño a los civiles. Aunque el gobierno estadounidense sigue enviando armas a Israel.
El ejército israelí ha atacado miles de objetivos en la Franja de Gaza, controlada por Hamás, y comenzó una invasión terrestre hace más de dos semanas. Las autoridades han declarado que están haciendo todo lo posible para limitar las bajas civiles, pero que los esfuerzos son complicados porque Hamás utiliza a civiles e instalaciones civiles, incluidos hospitales, para ocultar a sus integrantes y sus armas.
En Tel Aviv, los manifestantes expresaron su frustración con el gobierno por segundo fin de semana consecutivo por su respuesta a los más de 200 rehenes que Hamás y otros grupos militantes capturaron el 7 de octubre. Hasta ahora, los esfuerzos liderados por Estados Unidos y Catar para conseguir la liberación de los rehenes han avanzado poco, lo que ha avivado el descontento con el primer ministro Benjamin Netanyahu y su gobierno en Israel.
Manifestantes en Londres y Nueva York siguieron celebrando concentraciones en apoyo de los palestinos y pidiendo un alto el fuego. Más de 300 mil personas marcharon el sábado en Londres en apoyo de los palestinos y para denunciar el creciente número de víctimas civiles en Gaza. Fue la mayor protesta en años en Londres y la más reciente marcha propalestina de las que se vienen celebrando los sábados allá desde el comienzo de la guerra.
Con información de New York Times