Resulta y resalta que la Auditoría Superior del Estado (ASE) de Puebla detectó un aparente daño patrimonial de 2 mil 320 millones 908 mil 126 pesos en 2019.
Ese año fue desastroso para el gobierno poblano, que tuvo tres gobernadores tras la muerte de la mandataria electa, Martha Érika Alonso. Por Casa Aguayo pasaron Jesús Rodríguez Almeida, quien fue encargado de despacho, y Guillermo Pacheco Pulido, el gobernador interino. En agosto, llegó Miguel Barbosa.
Las observaciones se derivan de irregularidades encontradas en obras, procesos de licitación, contratos, compras y arrendamientos, reveló el informe de fiscalización que envió la ASE al Congreso local.
Razón por la que la Cuenta Pública 2019 no se ha aprobado.
Falta ver si habrá rocesos administrativos o incluso denuncias por las inconsistencias.
Aunque ya empezamos a ver cómo irá el curso de la investigación: públicamente la ASE exoneró de las anomalías encontradas al gobernador morenista.
“La gestión del gobernador @MBarbosaMX no tiene observaciones de esta naturaleza”, dijo la ASE en un tuit.
¿Casualidad? Veremos