Un reciente estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO) ha declarado que uno de cada tres países retrocedió en competencias de aprendizaje y en docentes formados en los niveles de preescolar y primaria, lo que indica que la educación básica a desmejorado y su efecto se verá a largo plazo en otros indicadores
No obstante, esta situación se ve más crítica en países que atraviesan conflictos de guerra, y aunque parecieran estar muy lejos de México, en nuestro país también se vive un conflicto de guerra, solo que aquí le llamamos delincuencia organizada o “narco”.
Además, durante la emergencia sanitaria la educación preescolar tuvo una reducción de la matrícula del 13% debido a las clases a distancia, pero esta situación solo vino a detonar el mermado sistema educativo que no tiene maestros, infraestructura ni un plan real que ponga rumbo al desarrollo de la ciencia y la tecnología, alejando a los estudiantes de la violencia y el crimen.
Es por ello que ante el cierre de un preescolar en Atlixco nos preguntamos ¿cómo, estando tan mal la situación política y social, las autoridades municipales se vuelven cómplices y verdugos de una treintena de niños cuya educación ya tiene varios retos que afrontar? La situación en San Diego Acapulco exige de las autoridades todo su interés, pues no es el único caso ni el único problema que afronta la educación en Puebla y en México.