Sobrevivió al devastador terremoto de 1906 en San Francisco, Estados Unidos, a la Prohibición y a las dos guerras mundiales, pero las presiones económicas recientes resultaron demasiado para la compañía que se dice es la cervecera artesanal más antigua del país y después de 127 años, Anchor Brewing Company está cerrando.
En un comunicado difundido la semana pasada, la empresa, fundada en 1896, dijo que los impactos de la pandemia, la inflación y un mercado altamente competitivo la dejaron sin más opción que tomar esta triste decisión de cesar operaciones.
A los empleados se les dio un aviso de 60 días y se les prometieron paquetes de indemnización, señaló la compañía y agregó que aunque había dejado de fabricar cerveza, continuaría empacando y distribuyendo cerveza mientras estuviera disponible pues se venderá mientras haya inventario.
Las ventas de la cervecera disminuyeron desde 2016 y en 2017, el gigante cervecero japonés Sapporo adquirió la empresa por 85 millones de dólares.
El futuro de Anchor estuvo en riesgo durante la pandemia, informó Sam Singer, portavoz de la compañía al diario estadounidense The New York Times y agregó que el 70 % de su producto se vendió en restaurantes y bares. En 2021, Anchor Brewing intentó adaptarse, renombrando y embotellando y enlatando más de sus cervezas para venderlas en supermercados.
Pero esos cambios no pudieron compensar la pérdida significativa de ventas; el último intento por mantenerla a flote, fue limitar las ventas de su cerveza a California y dejó de producir uno de sus productos, una cerveza navideña, pero los gastos continuaron superando los ingresos, explicó Singer.
Después de que Anchor fuera adquirida por Sapporo, los trabajadores denunciaron lo que describieron como salarios inadecuados, condiciones de trabajo injustas y votaron a favor de sindicalizarse en 2019.
Finalmente, Anchor Brewing anunció que a pesar de los repetidos esfuerzos para encontrar compradores para la cervecería y sus marcas, ninguno se había concretado.
La cervecera Anchor, amada por muchos estadounidenses y extranjeros, un gusto atribuido a impulsar el resurgimiento de la cerveza artesanal en la década de 1960, es la última en sucumbir a las presiones de un mercado altamente competitivo; en los últimos años, varias empresas más pequeñas han sido absorbidas por firmas más grandes y otras han elaborado nuevos modelos de distribución o han cerrado.
Los cerveceros regionales como Anchor, que no son lo suficientemente grandes como para vender sus cervezas a nivel nacional, son pequeños por ser considerados artesanales y son los más vulnerables.
Joanne Marino, Directora del Gremio de Cerveceros del Área de la Bahía (Bay Area Brewers Guild, en inglés), explicó que por la paralizante realidad económica, no era una sorpresa que Anchor hubiera cerrado, pero aseguró que la noticia era desgarradora.
Cada vez que un gran conglomerado multinacional compra una pequeña cervecería, el cálculo cambia un poco para su existencia, consideró Marino.
Anchor se enfrentó a la competencia de las micro cervecerías locales y de las macro cervecerías como Coors o Miller, comentó Jarrett Hart, Académico de la Universidad de California Davis, cuya investigación se ha centrado en la cerveza artesanal.