Hace varios días una noticia inquieta a cientos de miles en el orbe: el caos en Francia. Preocupantes imágenes sobre disturbios, vandalismos y represión circulan en televisión, medios digitales y redes sociales. ¿Qué hay tras todo eso?
Como se ha dicho, el detonante fue la muerte del adolescente Nahel, de 17 años de ascendencia argelina. Ello ocurrió, según ha trascendido, a manos de un agente del orden, ignorado por Nahel durante una parada de tráfico en un suburbio relativamente cercano al centro de París. Se presume que el agente en cuestión empleó ilegalmente su arma ante la desobediencia del adolescente y actualmente enfrenta una investigación formal por homicidio, mientras permanece detenido.
Sin embargo, este lamentable suceso, en el que murió un joven de ascendencia norafricana, dista de ser un hecho aislado. Activistas y organizaciones no gubernamentales han señalado que la discriminación racial y étnica está presente en los cuerpos policiales del país galo. Con anterioridad se han registrado evidencias de discriminación policial contra comunidades minoritarias.
En ese sentido, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, opinó recientemente que la situación en la nación europea está relacionada con su pasado colonial y con lo que calificó como una “arrogante cultura del racismo”. Sucede que, a pesar de ser uno de los países más desarrollados del planeta, con estas manifestaciones han salido a la palestra las contradicciones a lo interno de la sociedad francesa.
Las escenas de habitantes prendiendo fuego a vehículos, entrando en inmuebles públicos o privados, rompiendo ventanas, y de las fuerzas del orden enfrentando sin paños tibios a los manifestantes reflejan que la cuna de la ilustración y la Revolución francesas aun debe solucionar conflictos económicos, raciales, étnicos, migratorios y de distribución demográfica.
La conmoción en el Estado francés trasciende hasta sus territorios de ultramar. Algunos han identificado rasgos de una guerra civil en los disturbios. Aunque en las últimas horas hay reportes de un restablecimiento progresivo del orden, esta semana Francia deja múltiples interrogantes y la evidencia de un cúmulo de problemáticas pendientes de solucionar.