Por Carmen Guevara
Al pueblo trabajador no le alcanza ni para comprar lo básico de la canasta alimentaria. La realidad exhibe una situación cruel, no solo porque el ingreso de las familias se ha visto mermado por falta de empleos bien remunerados y con seguridad social, sino porque ahora se deben enfrentar a la falta de atención médica gratuita, de medicinas, de apoyos al campo, a la educación, entre otros. El ingreso de millones de familias en México apenas si les alcanza para ir comiendo.
En las zonas rurales se recrudece la situación, pues el abandono es mayor y las oportunidades son pocas. Veamos, como ejemplo, lo que sucede en Zautla, un municipio de la Sierra Norte del estado de Puebla que tiene una población 20,717 habitantes, de los cuales, según datos del Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2022 de la Secretaría del Bienestar, 19,448 están en situación de pobreza (aunque precisa que es la sumatoria de pobreza extrema más pobreza moderada).
Ahí, de acuerdo con los Indicadores de carencias sociales en el municipio o demarcación territorial, son 15,226 habitantes los que carecen de servicios básicos en la vivienda, son 5,476 los que no tienen acceso a los servicios de salud, mientras que a la seguridad social la cantidad es de 19,719 y a una alimentación nutritiva y de calidad 11,387. ¿Y qué dicen los pobladores al respecto?
Don Bernardino Herrera Ricoy, campesino y alfarero de la comunidad de San Miguel Tenextatiloyan dijo, durante una reunión de pobladores organizados en el Movimiento Antorchista, que sus ingresos cuando son buenos llegan a los 500 pesos a la semana; sin embargo, con esa cantidad debe sostener los gastos de manutención de los 10 integrantes que son en su familia. Doña Juana Alonso Márquez, sexagenaria que vive en una casa humilde en la comunidad de Tagcotepec, no cuenta con servicio de agua potable (juntan agua de lluvia o su hermano debe ir en su burrito a media hora de camino por dos garrafas de agua), ni drenaje sanitario; junto con su hermano se dedican a cuidar borreguitos y apenas si sacan una ganancia de mil pesos cuando pueden vender uno. Doña Luisa Pérez Hernández lleva todo el 2023 comprando la insulina para su esposo, quien es diabético y aunque lleva su control en la clínica de San Miguel, no ha llegado ahí el medicamento.
En abril del presente año, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) dio a conocer que la canasta de alimentos “que contempla 24 productos del Paquete contra la inflación y la carestía (PACIC) que determinó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quedó rebasada de cumplir su objetivo y contrariamente, encareció 61.72% a 10 meses de su puesta en marcha”, y agregó que “detectaron que el precio promedio de la canasta pasó de 953.80 pesos contabilizado en mayo del 2022 a 1,542.50 pesos en marzo del 2023, cuya tendencia de algunos alimentos como el precio del aceite, arroz, carne, limón, cebolla, otros se mantiene al alza” (Eleconomista.com.mx).
Este lunes 13 de junio, la ANPEC informó que el precio promedio de la canasta alimentaria en mayo fue de 1,719.17 pesos y en junio de 1,693.48 pesos. Aunque en junio hay una diferencia de 25 pesos, esto no representa una gran ventaja para el poder adquisitivo de las familias.
De acuerdo con el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) del primer trimestre del 2023 que publica el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el ingreso real per cápita en las zonas rurales fue de $1,827.88 pesos al mes, 163.91 pesos más que el mismo periodo que el año pasado.
Considerando el ingreso que marca el ITLP de mil 827.88 a marzo y el costo de la canasta alimentaria al mismo mes: mil 542.50, a los pobladores de las zonas rurales apenas si les alcanza para comprar los productos básicos para su alimentación, y les quedan unos cuantos pesos para satisfacer sus otras necesidades: educación, salud, vestimenta, dignificación de la vivienda. Pero, ¿en realidad les alcanza?
Pues ahí está la situación de don Bernardino, de doña Juana y de doña Luisa, quienes viven todos los días con la incertidumbre de si les va a alcanzar su ingreso, por lo menos para comer, que es la prioridad, aunque en muchas ocasiones se aguanten la enfermedad, o ya no puedan enviar a sus hijos a escuela, o tengan que vivir en casas donde la lámina de cartón esta averiada y gotea en tiempos de lluvia o se filtra el frío en el invierno. La situación del pueblo trabajador es verdaderamente precaria y gobierno federal, lejos de aplicar las medidas que corrijan o disminuyan la situación de marginación de los mexicanos, ha agravado la situación con el olvido del pueblo, ese pueblo que tanto lleva en la boca para hacer política. Una prueba, real y evidente, es ese paquete contra la inflación y la carestía que no funcionó.
Afortunadamente, para los pobladores del municipio de Zautla un aliciente a su difícil condición está en compromiso de llegar. El presidente municipal del municipio serrano Marco Antonio Alejo Calderón hizo el compromiso de beneficiar a los pobladores organizados en el Movimiento Antorchista con apoyos a la vivienda, por lo que en próximos días platicará con el grupo antorchista para determinar el porcentaje de subsidio, luego de que en una reunión los pobladores expusieran su situación económica y solicitaran al alcalde que el subsidio sea considerable a sus posibilidades.
Destacable el compromiso del edil, ya que, desde luego, representa un beneficio importante para las familias; no obstante, esto no cambia su situación de marginación, pues para ello es necesario que los pobladores de Zautla y de todo el país, se organicen, luchen y formen el partido del pueblo trabajador, que tome el poder político y guíe los destinos de las mayorías, siempre defendiendo los intereses del colectivo, para lograr una vida digna y decorosa. El pueblo ha sido olvidado, maltratado y explotado, y que en la actualidad el partido en el poder solo lo utiliza para el discurso, aunque en los hechos ni lo pele y ni le interese, solo para cuando hay elecciones.
Adelante, compañeros de Zautla; adelante con su lucha, adelante con esta tarea que tenemos los antorchistas de crear este partido, que pueda llevar al pueblo a un futuro más próspero. Claro que es posible.