Este es el segundo país del mundo en contabilizar más de medio millón de muertes a causa del Covid-19, después de Estados Unidos. La diferencia es que en la nación sudamericana la pandemia no da tregua y atraviesa uno de sus peores momentos.
Brasil alcanzó esta cifra después de más de un mes de contabilizar un promedio de 2.000 muertes cada día. Es decir, la segunda peor ola de fallecimientos por el brote que ha vivido el país. El mayor número de óbitos se registró a principios de abril y comenzó a bajar a finales del mes, sin que todavía se reduzca considerablemente, según las cifras del Ministerio de Salud.
La Fundación Fiocruz explica este momento como una “una meseta (de muertes) elevada que tiene la posibilidad de una agravación en las próximas semanas, con la llegada del invierno” austral. Por eso, la organización asegura que Brasil vive una situación “crítica”.
La preocupación aumenta si se tiene en cuenta que más del 80% de las camas de cuidados intensivos están ocupadas,en lo que respecta a 19 de los 27 estados. En los otros ocho el panorama es más crítico, pues la ocupación alcanza un 90%, precisó la Fiocruz.
Justo antes de que se conociera la cifra de las 500.000 muertes, el ministro de la cartera, Marcelo Queiroga, publicó en su cuenta de Twitter que esa cantidad de “vidas perdidas por la pandemia (…) afecta a nuestro Brasil y al mundo entero”.
Además, aseguró que han trabajado “incansablemente para vacunar a todos los brasileños en el menor tiempo posible y cambiar este escenario que nos atormenta desde hace más de un año”.
A pesar de la postura oficial, miles de brasileños culpan al Gobierno Federal de Jair Bolsonaro de ser el responsable de las muertes por el manejo que le ha dado a la pandemia.
Esa fue la razón principal por la que muchos brasileños volvieron a las calles este sábado para protestar en contra de la respuesta de Bolsonaro, a quien critican por cuestionar la necesidad de usar mascarillas como mecanismo de protección y por no adquirir las vacunas lo suficientemente rápido.
Al respecto, el fabricante de productos farmacéuticos Pfizer dijo que no obtuvo respuesta a las primeras ofertas para vender vacunas al gobierno entre agosto y noviembre del año pasado.
“Estamos protestando contra el gobierno genocida de Bolsonaro que no compró vacunas y no ha hecho nada para cuidar a su gente en el último año”, dijo a Reuters Aline Rabelo, de 36 años, mientras protestaba en el centro comercial nacional de Brasilia.
Esta queja se replicó en por lo menos 44 ciudades de 20 estados, donde miles de brasileños protestaron, según Globo, el medio más grande del país.
Hasta ahora, en Brasil han vacunado con las dos dosis respectivas solo al 11% de la población, mientras que un 29% ya recibió la primera dosis, según el Ministerio de Salud.