Por Aquiles Montaño Brito
La tarde del domingo 14 de mayo el Movimiento Antorchista clausuró su Espartaqueada Deportiva Nacional 2023, realizada en Tecomatlán, a la que asistieron, según las estadísticas de la comisión organizadora, más de 10 mil deportistas de México en casi todas las categorías: desde los niños, pasando por los jóvenes de secundaria, bachillerato, universidad y los de las categorías profesionales, que llegaron en representación de clubes de varios estados que entrenan a atletas de alto nivel competitivo, y hasta deportistas de otros países, como Colombia, Cuba o Venezuela.
La verdad es que se trató de una fiesta del deporte que duró nueve días y que fue organizada por Antorcha, con la invaluable ayuda de todos los tecomatecos a quienes encabeza el Pleno Antorchista de Tecomatlán y el líder histórico, el profesor Eleusis Córdova Morán, así como del ayuntamiento de Araceli García Carrión. Durante los nueve días, la Unidad Deportiva “Wenceslao Victoria Soto” tuvo competencias desde las 6:00 am y partidos hasta las 10:00 pm, porque fueron muchos los deportistas que llegaron a medirse a una de las mejores competencias que se realizan en el país y que, dada la imparcialidad de los árbitros y la fraternidad de quienes compiten, se ha ganado un lugar destacado en el deporte nacional.
Pero en México, el gobierno de Morena y López Obrador tienen otra idea sobre el deporte. Vemos a una Conade, encabezada por Ana Gabriela Guevara, negándole cualquier apoyo a los atletas mexicanos que salen a competir a otros países, véase el último ejemplo de las nadadoras artísticas que ganaron el mundial de nado sincronizado en Egipto, viaje que pagaron con la venta de trajes de baño y haciendo colectas. “La boxeadora Esmeralda Falcón necesitaba viajar a la India para una competencia. El problema es que en su federación le dijeron que no había recursos. Tampoco en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade). Lo que tuvo que hacer, como último remedio, fue subastar el uniforme que usó durante los Juegos Olímpicos. “Te entrego una parte de mi sueño, cuídalo mucho”, escribió en una carta al comprador en marzo pasado. Las ciclistas mexicanas se quedaron sin recursos para competir en un campeonato mundial en Canadá por un conflicto de instituciones y el equipo de tenis de mesa se quedó sin participar en los Juegos Centroamericanos porque sus federativos olvidaron inscribirlos. Así vive el deporte atrapado en una espiral de crisis que no tiene fin”, dice el diario El País en el reportaje titulado “Conade, opacidad y desinterés: el ‘loop’ infinito de la crisis en el deporte en México”, publicado el 18 de mayo de 2023.
Pero la velocista Ana Gabriela no vive en la pobreza… “Guevara salió en defensa de su institución y del propio gobierno, pero haciendo polémicas declaraciones contra las atletas. Cabe mencionar que la ex corredora goza de uno de los mejores sueldos en la institución. La Ley Federal de Remuneraciones indica que nadie puede tener un salario superior al del presidente, pero de acuerdo a la declaración patrimonial de la propia Guevara, explica que sus ingresos anuales son de 2 millones 526 mil pesos, un promedio de 210 mil 520.75 pesos al mes, explicó el portal Infobae”, explica un texto de foxsports.com.mx.
Cuántos deportistas mexicanos necesitan un apoyo menor al sueldo de la velocista consentida de AMLO para prepararse bajo entrenamientos rigurosos e ir a competir a los mundiales o las olimpiadas y poner a nuestro país en alto. Muchos lo necesitan. Más bien: todos. Pero no se les apoya. La política franciscana de Andrés Manuel López Obrador ha arrasado con cualquier apoyo en dinero para los atletas mexicanos. Y, como antes, solo los consentidos de Morena son beneficiados y apoyados y aplaudidos. Los demás, como dijo Ana Gabriela: “Por mí que vendan calzones o Tupperware”. Pero no es solo la política de la velocista… esa es la política de Morena.
Nadando a contracorriente, como siempre, los antorchistas realizamos nuestra Espartaqueada Deportiva Nacional 2023 apoyando a todos los atletas o jugadores que quisieron venir desde cualquier estado del país, sufragando los gastos de alimentación, entrenamiento en muchos casos, de vestimenta para todos los equipos y, pese a todas las dificultades que esto implica, los gastos del transporte en camión, carro particular o, en el caso de algunos estados lejanos, de avión. Con esto, Antorcha demuestra que nuestra política del deporte es superior a la de Morena y a la de cualquier partido político que siempre ha visto al deporte como parte de un engranaje dinerario que se ajusta a lo que ordene el mercado.
Llevamos ya veintiún Espartaqueadas Deportivas y, cada año, realizamos además los torneos de basquetbol, de voleibol, de futbol y de ajedrez, a los que asisten también equipos y jugadores de todo el país. Antorcha lo hace porque el deporte educa a los niños y a los jóvenes, ahora que es tan necesario en un mundo dominado por basura que se difunde y publicita en las redes sociales, en la televisión, en la radio o en el cine, que ha logrado que los niños y jóvenes ya no corran, jueguen y algunos vean como un suplicio el hecho de caminar un poco, porque todo el tiempo “hay que estar pegados a los celulares”, que son, como dicen los investigadores “la heroína del siglo XXI”. Porque los celulares son parte de la nueva forma de comprar y vender cosas. Los celulares, y las redes sociales, son parte del mercado que manejan los empresarios, que son quienes también controlan el deporte en el mundo.
Vamos, pues, a contracorriente. Avanzamos. Y, un día no muy lejano, vamos a lograr que las Espartaqueadas Deportivas sean las competencias fraternas más importantes de este país. ¿Cuándo? Cuando ganemos el poder político de México, democráticamente, y gobierne el pueblo pobre. Así que la lección final de nuestro evento deportivo es una: a crecer, a organizar, a educar a miles o millones más, porque nuestra tarea es grande y solo la cumpliremos con una fuerza de masas educada que haga una revolución seria y transformadora.