Las que de por sí habían sido de las elecciones más violentas, luego de celebrarse los comicios, se siguen perfilando a convertirse en las más desastrosas.
Recordemos que, desde el mismo 6, ya habían anunciado elecciones extraordinarias en dos municipios dada la toma de los Consejos municipales; a tres días de los comicios, se prevé que no sólo sean esos dos municipios, pues la lista de inconformes crece y crece.
Y con ella, la violencia: quema de urnas y toma de consejos.
El descontento es grande y, en muchos lados, dista bastante de ser mero capricho, pues hay fuertes razones para que los ciudadanos exijan nuevos comicios.
Entre la violencia ejercida antes de las elecciones, los delitos electorales el mismo día de las votaciones y las faltas y omisiones de algunos consejos distritales y municipales, no es raro que la gente explote.
Dos ejemplos son ilustrativos para el caso: Chiconcuautla y el Distrito 20.
En el primero, municipio de la sierra norte, quemaron 11 paquetes electorales y, no sólo uno, sino cinco candidatos, piden nuevos comicios, pues desde el inicio se vieron afectados por amenazas, intimidaciones y, el 6 de junio, malas jugadas.
En el segundo caso no hubo violencia por parte de los ciudadanos, aunque ante la presencia de escrutadores, el IEE mandó casi 200 policías sin motivo alguno. Aquí, de 294 paquetes, el Consejo encontró irregularidades en 202 yprimero dijo que sí habría recuento, luego que no, “por falta de quórum”, luego, por falta de espacio en ese edificio de tres pisos; luego, por falta de personal capacitado. Hasta que mejor se lo dejó al IEE, al “ahí se va”, pues ni responsable de la cadena de custodia pudieron poner.
Y como estos dos casos, completamente diferentes, hay más. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿en cuántos municipios habrá elecciones extraordinarias? ¿Hasta cuándo el IEE actuará con imparcialidad y completo profesionalismo, desde arriba hasta abajo?