Este martes la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) explicó en una conferencia de prensa que la superficie de bosque ocupada por la mariposa monarca en México en la temporada 2022-2023 se redujo un 22 por ciento, cayendo hasta las 2.21 hectáreas frente a las 2.84 del año pasado.
El informe elaborado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), destacó los ingresos económicos por el turismo para observar a este insecto, que alcanzó los 23 millones de pesos (1.2 millones de dólares).
Los motivos del descenso son la falta de preservación de los ambientes de reproducción de esta especie, que se da principalmente en Estados Unidos y Canadá, así como motivos meteorológicos.
El primer reporte de presencia de mariposa monarca se dio en octubre de 2022 en el norteño estado de Coahuila, registró su mayor pico de migración la última semana de dicho mes y se acabaron estableciendo en 11 santuarios.
“Este año vamos a invertir más recursos en programas de subsidio en la región de la mariposa monarca, entre 5 y 7 millones de pesos adicionales para vigilancia y conservación”, agregó Peña, quien aseguró que será “casi el doble” señalaron en conferencia de prensa.
Estos polinizadores migran desde Canadá y Estados Unidos hasta México, donde llegan en noviembre y permanecen hasta marzo aproximadamente de cada año, un fenómeno migratorio que fue designado en 2008 como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
En México, las mariposas monarca, conocidas por el brillante color anaranjado de sus alas, atravesadas por venas negras y plasmadas de pequeñas manchas blancas en los bordes de las mismas, permanecen en los bosques montañosos de los céntricos estados de Michoacán y Estado de México.
Según el informe, los seis santuarios abiertos al público recibieron esta temporada más de 314 mil visitantes, un 80 por ciento más que el pasado año, lo que supuso una derrama económica de 23 millones de pesos.
La mariposa monarca ingresó el pasado año en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ante el alto riesgo de extinción en vida silvestre, producto de la destrucción de su hábitat y el cambio climático.