El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prometió que la bandera de su gobierno sería siempre el “primero los pobres”.
Pero pasada la mitad de su sexenio y a meses de las elecciones de 2024, la situación de las masas depauperadas de México ha empeorado. Esto se debe no solo al deterioro que trajo consigo la pandemia del Covid-19, sino también al resultado de una mala gestión de los programas de bienestar y de la economía.
El ejemplo más claro de esta mala gestión es que Andrés Manuel decidió eliminar programas sociales como las estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras y otros, con los que el Estado mexicano ofrecía ayuda y servicios de calidad a grupos vulnerables y, en cambio, privilegió la entrega de dinero como política de uso clientelar con miras a cualquier futura elección en el país.
En contra peso con cualquier alarde del presidente en su mañanera, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el “Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022” ha señalado que el número de pobres pasó de 51.9 a 55.7 millones y la pobreza extrema de 8.7 a 10.8 millones de mexicanos.
Y podríamos aseverar, si desconfiamos en el gobierno morenista y las cifras oficiales, que los pobres en México son casi el doble, por lo que preguntamos: ¿en dónde quedó eso de “primero de los pobres”?