A un día de terminada la votación, la mayoría de los resultados están más que claros y pocos se ven reversibles. Morena gana en diputaciones locales y federales, pierde en la capital y zona conurbada.
A nivel municipal, Puebla se pinta de varios colores. A Morena le faltó uno para igualar a la cantidad que obtuvo el PRI, por sí solos, pues en alianzas ya es otro tanto.
En Puebla, la candidata de Morena, Claudia Rivera, aunque aceptó a regañadientes su derrota, afirmó que los resultados eran “atípicos”. “Nunca antes se habían contravenido las propias mediciones, parámetros y encuestas”.
¡Atípico, dice! ¿Qué no se enteró que desde la primera semana las encuestas la ponían 15 puntos, al menos, por debajo de Eduardo Rivera? ¿Qué encuestas habrá visto que le fallaron tan feo?
Si Claudia de por sí no es amiga de las encuestas; todo su periodo como alcaldesa, la tuvieron en la lona.
Otro al que le fallaron, aunque no las encuestas, si no la confianza y las ansías, fue al candidato panista por Ocoyucan Jesús Giles.
A eso de las 11 de la noche del mismo 6 de junio, el PREP indicaba que en Ocoyucan se habían contabilizado casi la mitad de las actas; con esa cantidad, Jesús Giles obtenía una ventaja considerable del candidato del PRI y actual edil con licencia, Rosendo Morales.
Con estos datos, Giles se dio por ganador, y, sin pensarlo dos veces, fue a presumirlo a las redes. Cambió foto de perfil y de portada, ahora decían en letras bien grandes ‘Ganamos’ y subió un vídeo agradeciendo y hablando de su futuro gobierno.
Solo que nadie le enseñó que esto no se acaba, hasta que se acaba. Con unas cuantas actas más, la diferencia se acortaba, al punto de que para la mañana de este 7, con todas las actas ya contabilizadas, Rosendo Morales tenía 5,504 votos y Jesús Giles 4,057.
Con la pena, tuvo que borrar inmediatamente sus fotos de ganador. Nadie le avisó que tenía que esperar a que terminara la votación, que él no era Lalo Rivera para salir a celebrar a las 8 de la noche.
