Por Leticia Montagner
Siempre está en el aire una pregunta: ¿Por qué pensar mucho cansa tanto al organismo?
Un grupo de investigadores franceses planteó ahora una posible respuesta: Las tareas mentales que exigen un mayor esfuerzo generan una acumulación y difusión extra de unas moléculas esenciales para el buen funcionamiento cerebral, pero en exceso son neurotóxicas.
Para evitarlo, el cerebro manda parar, creando esa sensación de agotamiento. La idea es, aunque muy sugerente, solo una hipótesis aún por demostrar.
Lo que hicieron los científicos galos para estudiar por qué el ejercicio mental agota tanto como el físico, fue reclutar a 50 personas dividido en dos grupos para realizar una serie de tareas durante 6.5 horas, equivalente a la jornada laboral media en Francia.
Mientras un grupo realizaba actividades más complejas de pensar y recordar, la exigencia para el otro grupo era mucho menor. Durante el experimento estudiaron por fuera y por dentro el cerebro de los participantes.
Realizaron un rastreo ocular para registrar la mayor o menor dilatación de la pupila, debido a que investigaciones anteriores han observado que el movimiento del ojo se detiene y dilata cuando se realiza un cálculo o se está en la fase final de la toma de una decisión y usaron una técnica de imagen cerebral para medir la actividad en la corteza prefrontal, el llamado cerebro ejecutivo.
Concluyeron que el glutamato es el principal neurotransmisor excitatorio del cerebro, implicado en muchas regiones y en su funcionamiento regular y lo que observaron fue un aumento con las tareas exigentes. El exceso de glutamato es neurotóxico.
Los resultados de todas estas pruebas, publicados en la revista científica británica Current Biology, mostraron claras diferencias entre el grupo que tenía que pensar menos y aquellos cuyo esfuerzo mental era mayor.
Hubo signos de fatiga, incluyendo una reducción en la dilatación de la pupila, solo en el grupo pensante.
De acuerdo al diario español El País, Antonius Wiehler, Investigador del Instituto del Cerebro de París del Hospital Universitario Pitié-Salpêtrière y coautor del estudio, informó que para evitar una mayor acumulación de glutamato, el cerebro dice que está cansado.
Para los autores del estudio, la mayor presencia de glutamato, sin relación con el consumo del aditivo alimentario, junto a los otros cambios observados, respalda la idea de que la acumulación de esta molécula hace que la activación adicional de la corteza prefrontal sea más costosa, de modo que el control cognitivo es más difícil después de un duro día de trabajo mental.
Sin embargo, las conclusiones del estudio dejan aún más interrogantes: ¿Por qué jugar al ajedrez cansa, pero ver y oír que también requieren de un trabajo consciente del cerebro para su procesamiento, no lo agotan?
Mathias Pessiglione, Investigador y coautor del estudio, comentó que la fatiga es una especie de ilusión inventada por el cerebro para pasar a una actividad más gratificante y sería una señal para dejar de trabajar con el propósito de preservar la integridad de su funcionamiento.
Algunos expertos han señalado que el glutamato es uno de los villanos señalados en la generación de daño en el infarto cerebral o ictus, aunque está también implicado, en este caso por su carencia, en determinadas enfermedades neurodegenerativas y también en la explicación de la llamada fatiga neurológica.
Al final de cuentas es una teoría que deberá ser comprobada científicamente. Lo que es un hecho es que muchos aficionados al juego del ajedrez, incluyendo a los profesionales le apuestan al cansancio mental de sus oponentes.
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