El 5 de marzo, en el marco de las Dos Sesiones, el primer ministro del Consejo de Estado, Li Keqiang, rindió el informe sobre la labor del Gobierno ante la primera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional. Se trata de un análisis sobre la actividad del Gobierno chino, en el año que pasó, así como el trabajo de un lustro. Este informe es parte de las labores con las que culmina esta etapa gubernamental. Ahora bien, como parte de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados de México, quiero poner de relieve los alcances en este rubro del Gobierno chino.
En ciencia, tecnología e innovación debemos destacar del informe que han diversificado nacionalmente la ciencia y la tecnología, es decir, no las han concentrado en un solo punto, y ello se muestra con “la construcción de laboratorios estatales” y la reorganización de “los laboratorios nacionales prioritarios”. Pese a la intención de Estados Unidos de frenar el desarrollo de China, negándole el acceso a los microchips, es relevante que la respuesta a este agravio sea el lanzarse hacia adelante, como lo demuestran “los avances en los vuelos espaciales tripulados, el de la exploración de la Luna y de Marte, así como la exploración de las profundidades marinas y terrestres”.
En ese mismo sentido, debemos considerar los importantes “avances en la supercomputación, la navegación satelital, la información cuántica, la tecnología neuroeléctrica, la fabricación de grandes aeronaves y la inteligencia artificial”. Relevantes son los datos que contrastan con la actitud de México ante la investigación y el desarrollo, ya que mientras nuestro país invierte menos de medio punto porcentual de su PIB, en China se pasa de una inversión del 2,1 % al 2,5 %, pero con un PIB de 17,73 billones de dólares, mientras que el PIB de México alcanza apenas 1,273 billones; o sea, China invierte más en investigación y desarrollo que nosotros, pero con un PIB 14 veces superior al nuestro.
Asimismo, el informe destaca que “la tasa de contribución de los adelantos científicos y tecnológicos ha llegado a superar el 60 %, todo lo cual ha permitido incrementar incesantemente la capacidad sustentadora del desarrollo propia de la innovación”.
Estos avances tecnológicos, puestos al servicio del esfuerzo por combatir la pobreza extrema, han llevado al país a sacar de la pobreza absoluta a 100 millones de habitantes, además de la reubicación de 9,6 millones de chinos a lugares más convenientes para la vida. Hubo una mejora significativa del desarrollo productivo con un incremento del “10,6 % en el valor agregado de la industria manufacturera de altas tecnologías”, lo mismo que un gran desarrollo de la infraestructura, pues se pasó de “25 mil a 42 mil kilómetros de vías férreas de alta velocidad”, casi el doble, y de carreteras pasaron de “136 mil a 177 mil kilómetros” construidos, lo que representa un incremento del 30 %. Todo ello en un mejoramiento significativo del entorno ecológico, pues “el consumo de energía por unidad del PIB y la emisión de CO₂ por unidad del PIB se han rebajado al 8,1 % y 14,1 %, respectivamente”.
Grandes e importantes logros se han alcanzado en China gracias a la dirección del Partido Comunista de China, bajo la guía de su gran dirigente, Xi Jinping, quienes no han abandonado los principios del marxismo como el hilo conductor de su proceso de desarrollo en el marco de la economía capitalista, pero bajo los principios socialistas.
No dudo de que el pueblo chino y su gran Partido Comunista sabrán afrontar con sabiduría y energía los retos que les impone la realidad, y que podrá abrirse paso en el mundo un modelo multipolar de cooperación y paz.
China es un ejemplo para los pueblos del mundo y es necesario que los mexicanos aprendamos para la construcción de un socialismo con características mexicanas, como en China se construye un socialismo con peculiaridades chinas.
*Brasil Acosta Peña es diputado mexicano e integrante de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados de México.