La reciente derrota en el referendum del 5 de febrero del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso es sólo una de las manifestaciones de la que aumenta la debilidad de la influencia de EE. UU., en América Latina.
Recordemos la intentona de golpe de estado desde Colombian a Venezuela en 2019 cuando trataron de imponer a Juan Guaidó; tres años después Guaidó ha sido “destituido” por sus propios correligionarios y ahora EE.UU., negocia directamente con el gobierno legítimo de Nicolás Maduro para el reinicio de inversiones petroleras.
El triunfo de Lula da Silva que ganó la presidencia en octubre del año pasado, tras permanecer 580 días en la cárcel; permitió el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Venezuela, así como lo hizo Colombia, que también recuperó sus vínculos con Nicaragua.
En Bolivia, el efímero golpe de Estado de Jeanine Añez en 2019 no pudo sostenerse y dio paso al retorno del Movimiento al Socialismo (MAS) con Luis Arce en 2021.
Y en Colombia, el estallido social de 2021 llevó a la derrota de los partidos tradicionales y al triunfo, por primera vez en la historia, de un candidato de izquierda, Gustavo Petro, dejando atrás dos décadas marcadas por los Gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2010), su sucesor Juan Manuel Santos (2010-2018) y su discípulo Iván Duque (2018- 2022).
La conclusión de estos últimos 50 años de poderío de EEUU, su capacidad de imponer gobiernos con golpes de estados, apoyados por la embajada y en muchos casos por sus propias tropas, se debilita cada vez más.
Ahora otras potencias irrumpen en América Latina, China, por ejemplo, ha desplazado a EEUU como principal socio comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay, al tiempo que se ha colocado como el segundo socio comercial para otros países.
Y en cuanto a Rusia, ningún país latinoamericano ha aceptado enviar armas a Ucrania, rechazando los persistentes pedidos del Pentágono. Por el contrario, los Gobiernos de Argentina, Colombia, México y Brasil han repetido sistemáticamente sus llamados a una solución negociada del conflicto, negándose a ser parte de la ofensiva de Washington.