Estados Unidos esta asumiendo el control directo del gobierno y el ejército ucraniano, y empieza por limpiar la casa. Primero un “accidente” de helicóptero acabó con la cúpula del Ministerio de Interior. Luego se marchó Oleksii Arestovych y ayer se produjo una marejada de relevos en el gobierno.
Han sido destituidos varios viceministros y gobernadores provinciales. El viceministro de Defensa, Vyacheslav Shapovalov, ha dimitido tras conocerse que supervisó la compra de suministros militares a precios inflados a una empresa relativamente desconocida. El departamento lo calificó de “error técnico”.
El propio ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, ha sido objeto de escrutinio por la misma razón.
Otros altos cargos también han sido destituidos, entre ellos el fiscal general adjunto, Oleskiy Symonenko; el viceministro de Desarrollo de Comunidades y Territorios, Ivan Lukerya; el viceministro de Desarrollo de Comunidades y Territorios, Vyacheslav Negoda; el viceministro de Política Social, Vitaliy Muzychenko y los gobernadores provinciales de Dnipropetrovsk, Zaporiya, Kiev, Sumy y Jerson.
No son casos de corrupción. Estados Unidos se dirige hacia una escalada militar, deshaciéndose de los viejos y poco fiables lacayos ucranianos y sustituyéndolos por otros más predispuestos a hacer lo que les digan y, sobre todo, a hacer un mejor uso de las ingentes cantidades de material, militar y civil, que llega a Ucrania.
Un comunicado oficial del Ministerio de Defensa afirma que la salida del viceministro del departamento Shapovalov “preservará la confianza de la sociedad y de los socios internacionales y garantizará la objetividad” de los esfuerzos por esclarecer la corrupción.
En noviembre el gobernador de la provincia de Dnipropetrovsk, Valentin Reznichenko, fue acusado por varios medios de comunicación de adjudicar contratos de reparación de carreteras por valor de decenas de millones de euros a un grupo cofundado por su novia, que trabaja como preparadora física.
Este gobernador y sus colegas de las regiones de Sumy, Jerson y Zaporiya están siendo investigados judicialmente, mientras que la destitución de Oleksii Kuleba está relacionada con su próximo nombramiento para la administración presidencial.
El Viceministro de Infraestructuras, Vassyl Lozynsky, aceptó un soborno de 400 mil dólares para “facilitar” la compra de generadores a precios inflados, mientras el país se enfrenta a cortes de electricidad generalizados causados por los ataques rusos contra infraestructuras energéticas.
Un alto asesor de Zelensky, el jefe adjunto de su oficina, Kyrylo Timoshenko, ha dimitido. Era uno de los pocos ayudantes del presidente en funciones desde su llegada a presidencia en 2019. Entre otros chanchullos, gestionó proyectos de reconstrucción de instalaciones dañadas por los ataques rusos y ha estado envuelto en varios escándalos antes y después del inicio de la guerra.
En octubre fue acusado de utilizar un vehículo todoterreno donado a Ucrania por General Motors con fines humanitarios. Tras estas revelaciones, Tymoshenko anunció que trasladaba el vehículo a una zona cercana a la línea del frente.
El fiscal Symonenko viajó en Navidades a Marbella, a pesar de que los viajes al extranjero, salvo por motivos profesionales, están prohibidos para los ucranianos en edad de combatir.
Se marchó en un coche perteneciente a un empresario ucraniano y acompañado por su guardaespaldas.