La gente protesta frente al Servicio de Ambulancias de Londres durante una huelga de trabajadores de ambulancias debido a una disputa con el gobierno sobre los salarios, en Londres, Gran Bretaña, el 23 de enero de 2023.
El Reino Unido lleva meses sufriendo repetidas huelgas en innumerables sectores de la economía, encabezados por la logística y los servicios postales, ante una inflación de 11% y una grave crisis del costo de la vida.
Se trata del episodio de agitación laboral desde que la conservadora Margaret Thatcher estaba en el poder en la década de 1980.
Enfermeros, paramédicos, personal de las fuerzas fronterizas, trabajadores de correos, el transporte, la educación y otros sectores se han declarado en huelga, enfurecidos por una inflación que alcanza máximos de 40 años.
Las huelgas han afectado a cientos de miles de trabajadores y han interrumpido repetidamente servicios clave como la sanidad y el transporte ferroviario.
El gobierno del primer ministro Rishi Sunak ha sido acusado de inacción y de no tomarse en serio las negociaciones con los sindicatos.
Las huelgas siguen a más de 10 años de estancamiento salarial y el trauma de la pandemia. En la mayoría de los sectores que se han ido a huelga el reclamo es por un aumento salarial que iguale o supere la inflación.
Sin embargo, el gobierno ha declarado que no puede permitirse otorgar estos aumentos salariales a los trabajadores del sector público en este momento.
La paralización se da en momentos que el primer ministro, Rishi Sunak, y el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, le hacen frente al faltante de 50 mil millones de libras (57 mil millones de dólares) en las finanzas públicas.
El caso del sector sanitario es especialmente dramático. La huelga llega en un momento en que el venerado Servicio Nacional de Salud (NHS) lleva años sufriendo una financiación insuficiente.
Según el Royal College of Nursing (RCN), los sueldos cayeron 20% en términos reales desde 2010.