Arnaldo Musa da a conocer información sobre la crisis económica que se vive en el Reino Unido “millones de personas están en estos momentos en la difícil situación de decidir si comen o pagan sus facturas de luz y calefacción.
Cerca de un tercio de padres o madres solteros han recurrido a saltarse alguna de las comidas del día para llegar a final de mes, según reveló una reciente investigación del grupo Which? sobre los hogares más golpeados por la crisis inflacionaria en ese país.
“Nuestra investigación constató que familias de todo Reino Unido están atravesando dificultades por el alza del costo de la vida”, le dijo al diario británico The Guardián Rocío Concha, directora de políticas de activismo en Which?
“Hay personas que están comiendo alimentos para mascotas y calentando su comida con velas, debido a la histórica escalada de los precios de los alimentos y de la energía”, denunció, a su vez, Mark Sed, director de un proyecto comunitario de alimentos en Trowbridge, en el este de Cardiff, la capital de Gales.
Un análisis de la British Broadcasting Corporación revela que seis de las comunidades más desfavorecidas de Gales, una de las cuatro naciones que forman Reino Unido, se encuentran en esa ciudad.
Las cifras de mendigos aumentan en las calles de las ciudades británicas, algunos con carteles que no necesitan explicación: “Tengo mucha hambre. Ayuda. Dios les bendiga”.
Los datos oficiales más recientes muestran que la inflación alimentaria en Reino Unido alcanzó el 16.4% en octubre, su nivel más alto desde 1977.
Esto se debe principalmente a la fuerte subida de productos de la canasta básica como leche, mantequilla, queso, pasta y huevos.
Los hogares monoparentales y los pensionistas dedican una proporción más grande de su presupuesto a la comida, electricidad y gasolina, en torno a un 30%. Para las parejas con hijos este porcentaje cae a un 25%.
Sin embargo, todos los hogares están gastando significativamente más que el año pasado en productos esenciales. Y el futuro no parece promisorio y se teme el incremento de la inflación, la pobreza y el hambre en la aparente próspera comunidad británica.
Mucha algazara en medios gobernantes británicos por la detención momentánea del decrecimiento, al anunciar que se aumentó en medio punto porcentual la economía de la nación, luego de haber caído tres y medio en el resto del año.
Pero poco bombo y platillos se le ha dado a la enorme inflación que azota al país, y mucho menos al hambre y la pobreza que castiga a un gran número de británicos.
Para el actual primer ministro lo más importante es hacer valer lo que denominó principios patrióticos de su Partido Conservador, mediante el envío de más y mejores armas a Ucrania y todo lo referente a apoyar el plan de Estados Unidos para destruir a Rusia.
De familia de origen indio, el mandatario es un apologista del colonialismo británico causante de millones de muertes en la tierra de sus ancestros, como aquel trágico episodio de dejar morir de hambre a todo un estado, por embarcar hacia la metrópoli el trigo que tenía como único sustento.
La actual política de aceptar todo lo que venga de Estados Unidos ha estado haciendo pasar hambre y frío a las familias más necesitadas, con un cóctel explosivo de la elevada inflación, el costo de los alimentos y el precio de la energía que se disparó, por las sanciones aplicadas contra Rusia.
Algunos dirigentes de la oposición laborista demandaron que el actual gobierno convoque a un comité especial que articule medidas urgentes. De lo contrario, afirman, las familias de bajos ingresos sufrirán situaciones de pobreza y hambre que no se registran desde hace décadas en ese país.
Con información de Cubasí