El mensaje del gobernador Miguel Barbosa fue muy claro: en Puebla el único grupo de Morena que pesa es el suyo. Ningún otro. Ese fue el motivo de su marcha.
Para avivar su orgullo hizo traer a miles y miles a su marcha de este domingo; la ciudad se congestionó -lo que le ha molestado en otras ocasiones-, con los cientos de autobuses que hacían fila. Calculan 80 mil asistentes a la marcha de Barbosa.
En el Zócalo, sólo él y la presidenta de Atlixco, Ariadna Ayala, hablaron. Aseguraron que Puebla es obradorista (que no morenista y, mucho menos, Barbosista).
La sorpresa la dio un Alejandro Armenta que marchó como todos los demás, buscando un lugar junto al gobernador. El senador quizá ya habrá repensado que necesitaría el apoyo del ejecutivo estatal si quiere ganarle el puesto al candidato de AMLO, su primo Ignacio Mier.