Este lunes el gobernador Miguel Barbosa Huerta al referir su participación, y la del estado, en la marcha convocada por AMLO este domingo, dijo con mucho orgullo: “Sí hay una nueva clase política que se está expresando ya mediante diferentes eventos y coyunturas. La movilización de ayer de Puebla en México es parte de este equipo, parte de esa clase política que se expresa. Ya no le cuesta trabajo a esa clase política organizarse solita”.
Con estas palabras, el gobernador quiso desligarse del acarreo masivo que denunciaron miles de internautas previo a la marcha y, en cambio, poner a los asistentes como auténticos organizadores del evento.
“Creen que yo soy el responsable, o el gobierno es el responsable, de hacer eventos en todo el estado, multitudinarios. No. Se les digo, a lo mejor no me lo creen, pero es así, se están organizando de manera natural por esa nueva clase política”.
Últimamente se han estado viendo eventos de ese tipo en Puebla: para promover a Claudia Sheinbaum, para hacer asambleas informativas sobre cualquier programa, para formar comités en municipios, etc., el pretexto no falta.
Organizar eventos para apoyar a alguien no tiene nada de malo en sí; que los organicen, dirijan o promuevan funcionarios estatales, sí debería repensarse.
Esa es, precisamente, la nueva clase política que alaba Miguel Barbosa ahorita: la suya. ¿Y quiénes son sus principales figuras? ¡Sus corcholatas! Aquellos que buscan cubrirse con el manto del poder.
Por algo, en la marcha estuvieron el presidente del Congreso del estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, y el secretario de Salud, José Antonio Martínez García, reconocidas ‘corcholatas’ del gobernador. La dirigente estatal morenista Olga Lucía Romero Garci Crespo y los diputados locales Iván Herrera Villagómez, Daniela Mier Bañuelos, Yolanda Gámez Mendoza y Angélica Cervantes González.
Por nueva clase política Barbosa entiende a los que ahora le sirven a él. Esa es la nueva clase política en Puebla.